El crítico de arte Fernando Huici March cierra mañana jueves el ciclo de conferencias centradas en la figura del artista Baltasar Lobo, organizado por Amigos de Baltasar Lobo con el respaldo del Ayuntamiento y la Fundación del escultor terracampino, con motivo de la conmemoración de los 25 años . . . . . . . . . del fallecimiento del creador . Su conferencia, centrada en las tipologías de la escultura de Lobo, tendrá lugar en el salón de actos del Museo de Zamora , a partir de las 20.00 horas, con entrada libre hasta completar el aforo.

-Baltasar Lobo es un escultor que comenzó su formación de una manera muy modesta. ¿Cuáles fueron los primeros motivos que trabajaron?

-Él empieza de una manera muy tradicional en un taller de imaginería en Valladolid cuando se centra en el aprendizaje de la escultura. Luego marchó a Madrid con una beca de la Diputación de Zamora y entró en la Academia de San Fernando, pero abandonó sus estudios en un par de meses porque no le satisfacía la formación que allí se impartía. Lo que va a ser fundamental para su tránsito hacia la modernidad fueron sus visitas al Museo Nacional de Arqueología. En el curso de la Vanguardia, tanto española como internacional, hay muchos ejemplos en los que la búsqueda de modelos arcaicos juega un papel fundamental en el salto hacia la modernidad. Muchos artistas se han topado con modelos muy anquilosados y el encuentro con la escultura griega o ibérica les muestra una senda muy fructífera hacia la modernidad.

-¿De qué manera se refleja esta atracción en el Baltasar Lobo de la época?

-De dos maneras muy claras. Tenemos algunos de esos dibujos que hicieron en el Arqueológico. Se trata de los pocos ejemplos que se conservan de su etapa española, pues la casa familiar de Lobo en Madrid la destruye un bombardeo y solo se conserva una carpeta de dibujos que Mercedes Guillén se llevó al exilio. De esta época se conservan trabajos hechos en el Arqueológico, temas de campesinos españoles y de guerra.

-Un trabajo muy variado que ¿refleja las muchas inquietudes que tenía el artista?

-Sin duda. Él estaba en un momento de búsqueda de caminos que no se desarrollarán hasta que marcha al exilio, a París.

-En la búsqueda de la modernidad de Baltasar Lobo, ¿de qué manera le influye su etapa parisina?

-En dos elementos. En un conocimiento de primera mano de lo que se está haciendo artísticamente a nivel internacional, dado que en este momento París es la capital mundial del arte. Lobo visita el Museo del Louvre y encuentra más elementos coinciden con lo arcaico y descubre los sarcófagos etruscos. Por otro lado, comienza a tener un conocimiento más firme de lo que hacían las vanguardias, pues en Madrid había visto una exposición de artistas españoles que vivían en Francia y otra de índole internacional.

-Y esas vanguardias "se cuelan" en su creación....

-En su primera etapa francesa realiza una reformulación de sus modelos arcaicos para luego acercarse más al mundo expresivo de Laurent, que para él será fundamental. No obstante, hay que destacar que Lobo no será un seguidor mimético, es decir que él desarrolla puntos de coincidencia con otros artistas que reelabora. No se dedica a hacer "pseudoLaurent". Tiene afinidad con él, pero lo que produce es evidentemente son Lobos. A lo largo de su vida Baltasar Lobo se conectará, se acercará y se interesará por distintos artistas, pero luego él lo llevará a su terreno. Lo que le hace grande es su capacidad de reelaborar de una manera enteramente distinta, lo que va interesando.

-¿En qué momento comienza a trabajar la temática de las maternidades, tan características del escultor terracampino?

-El tema fundamental de Lobo es el cuerpo de la mujer a lo largo de su trayectoria. Él ya había abordado el tema de la maternidad en algún dibujo, pero realiza un viaje con su mujer al sur de Francia, donde le impacta mucho ver a las madres jóvenes jugando con sus hijos en la playa y empieza a desarrollar esta temática. Personalmente creo que es importante pensar que la pareja nunca logró tener hijos.

-Entonces ¿podría ser una manifestación de su paternidad frustrada?

-Podría ser. Él era muy cariñoso con los niños. Tuvo una relación muy estrecha con el nieto de Laurent, tal y como me comentó el artista Laurent. Entiendo que él añoraba no poder desarrollar su vertiente como padre de ahí que haga la serie larga y conmovedora de las madres con sus hijos, ya sea jugando con sus niños lanzados al aire, unas esculturas muy dinámicas, ya sea con el impulso contrario, cuando la madre intenta fundirse como si fuera un único cuerpo abrazando a su hijo y ella retorciéndose sobre sí misma.

-La temática de la maternidad el abordaje desde una manera figurativa hasta más abstracta.

-El tema de la maternidad lo trabaja durante unos diez años. Es verdad que su obra evoluciona "acercándose" hacia la abstracción. El cambia de modelos más próximos a Laurent hacia una reorientación más próxima a modelos de Brancusi, pero nunca abandona la figuración porque él dice que es figurativo, por lo tanto abstracto. La figuración de algún modo supone la reelaboración del mundo exterior, una forma de abstracción. Desde mi punto de vista es muy interesante en Lobo que su mundo siempre gira sobre el cuerpo, con temas adicionales como la alegría o la melancolía, pero rehaciéndolo siempre de modo distinto. Él cuenta a uno de los críticos franceses que más contacto tuvo con Baltasar Lobo, que le angustia secarse, el empezar a ser repetitivo y de algún modo, agostarse, de ahí su impulso constante de cambio que, sin embargo,

-¿Qué aspecto es más desconocido de las temáticas abordadas por el artista?

-Creo que la etapa de a partir de finales de los años 50 y los 60, cuando está más cerca al mundo de Brancusi, cuando hace cuerpos más fragmentarios que son puramente un torso. Para mí cuando me acerqué a Lobo con mayor profundidad fue el impacto mayor. Estas obras no suelen verse tanto.

-¿Y es la obra de más calidad?

-Yo eso no lo diría. Es un sector de su producción que me atrae mucho, pero me conmueve cualquiera de las otras piezas de su obra con semejante intensidad. Baltasar Lobo es un escultor de extraordinaria calidad. Su obra muy seria, con una sensualidad muy delicada y un mundo de una extraordinaria riqueza. Es un grandísimo escultor.

-¿Suficientemente valorado?

-Ahí tengo mis dudas. No se le ha prestado la suficiente atención. De hecho nunca el Reina Sofía le ha dedicado una retrospectiva. En el momento en el que comisarié una retrospectiva de Baltasar Lobo para la Fundación Mapfre me sorprendió el contactar con galerías internacionales de primeraísima fila que tenían un enorme aprecio por la figura del escultor cuando en España era mucho más desconocido. De vez en cuando se le dedica alguna pequeña exposición, pero creo que un día de hoy no tiene el reconocimiento que debería.

-Sin embargo, en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, ARCO, ha sido en varias ocasiones uno de los artistas más cotizados.

-En ARCO es muy habitual que ciertas galerías le lleven y los buenos coleccionistas de su obra lo adquieran. No obstante, a nivel general no es muy extensa la percepción de Lobo, lo mismo que sucede como otros artistas. Baltasar Lobo es un artista de una talla extraordinaria.