Circulaba a las nueve de la noche del sábado a bordo de un patinete eléctrico por una calzada de las inmediaciones de la iglesia de San Lázaro sin luz ni chaleco reflectante. La Policía Municipal de Zamora consideró que la usuaria del patinete ponía en riesgo su seguridad y la del resto de usuarios de la vía y por eso la denunció, según las explicaciones ofrecidas a este diario, "lo mismo que si hubiera sido un ciclista".

La verdad es que el uso de los patinetes eléctricos se mueve aún en un terreno jurídicamente nebuloso en el que ni usuarios y autoridades saben muy bien el terreno que pisan. Aunque de momento en Zamora no se están registrando demasiados problemas por el bajo índice de utilización de los patinetes eléctricos, las fuentes municipales consultadas consideran que ya se están barajando los primeros planteamientos para desarrollar una ordenanza municipal que regule su uso. La Dirección General de Tráfico considera los patinetes vehículos de movilidad personal, no son ni un vehículo propiamente dicho ni un peatón, por lo que en principio podrían moverse tanto por la calzada como por las aceras cumpliendo unas determinadas condiciones. Y estas condiciones les toca regularlas a los ayuntamientos, que ya han elaborado ordenanzas donde los patinetes se han convertido en un elemento de controversia, sobre todo por los problemas de convivencia con los peatones debido a su gran proliferación.

En Zamora de momento la Policía Municipal solo sanciona en los casos en los que el usuario del patinete cometa alguna tropelía, como circular a gran velocidad en una zona con alta densidad de peatones o, como el caso de San Lázaro, cuando se mete en la calzada sin luz ni señalización ninguna. Pero convendría, indicaron las fuentes consultadas, una ordenanza, con su periodo de exposición pública, que diera seguridad a usuarios del patinete, agentes y ciudadanos en general sobre qué no se puede hacer a bordo de un artilugio como ese.