La Comunidad de Regantes del Canal de Valbueno, de Zamora capital, propietaria de las Aceñas de Olivares, ha solicitado a la Confederación Hidrográfica del Duero la renuncia al uso privativo de las aguas a las que tenía derecho, debido a que prácticamente no tiene actividad en la actualidad, según confirmaron agricultores de la zona. La Comunidad tenía autorizada una toma anual máxima de ocho mil hectómetros cúbicos, con un caudal de 30,6 litros por segundo para una superficie regable de 38,2 hectáreas que comprendía la zona de la carretera de Almaraz entre Villa Claudia y Gaza, aproximadamente. La concesión de las aguas la había otorgado la Dirección General de Obras Hidráulicas el 12 de septiembre de 1977 y los actuales gestores de la Comunidad acaban de pedir este pasado mes de septiembre la extinción del derecho al agua de riego.

La Comunidad de Regantes de Valbueno firmó en el año 1995 un convenio con el Ayuntamiento de la capital, entonces presidido por Antonio Vázquez por el cual la entidad cedía las Aceñas de Olivares, edificaciones de su propiedad, al municipio, para actividades de carácter cultural y educativo. El Ayuntamiento mostraba entonces su intención de rehabilitar las Aceñas para uso público, como al final se hizo.

Si embargo, los regantes, presididos entonces por Felipe Morán Diego, también pusieron sus condiciones. Una de ellas lógica: "que se mantenga y se de prioridad en cualquier circunstancia a la toma de agua para el riego, objeto y razón de ser de la comunidad de regantes". Y otra condición que pasó más desapercibida: "Que el Ayuntamiento se compromete a estudiar si es viable económicamente incluir en la redacción del proyecto...una turbina y su correspondiente central hidroeléctrica, dando prioridad a este aprovechamiento sobre el uso público, con el que no tiene por qué ser incompatible". A cambio la comunidad de regantes o el tercero que en su favor explotase la central hidroeléctrica cedería gratis la luz para iluminar el paseo entre las Aceñas y el Puente de Piedra, entonces en proyecto". El Ayuntamiento asume el mantenimiento de las Aceñas, una vez rehabilitadas.

El convenio se suscribió por 25 años, con lo que en dos años , concretamente en 2020 debería expirar y por tanto las Aceñas de Olivares revertir a sus auténticos dueños.

Sin embargo se firmó un posterior convenio en el año 2003 entre los mismos actores según el cual la Comunidad de Regantes de Valbueno cedía para uso público Las Aceñas en este caso para el proyecto de Centro de Interpretación del Molino, adjudicado a Rearasa por 442.000 euros, en base al proyecto de los arquitectos Francisco Somoza y Pedro Lucas del Teso. En ese convenio, que modificaba el firmado con anterioridad, la cesión se establecía por 25 años "prorrogándose automáticamente por igual periodo si ninguna de las partes lo denuncia con al menos tres meses de antelación".

En este segundo convenio la Comunidad de Regantes no había renunciado aún a su principal función, que era el riego de las tierras e incluyó cláusulas para asegurar el funcionamiento de sus motores de riego y también para que quedara constancia del "reconocimiento público de la colaboración de la Comunidad de Regantes Valbueno con la corporación municipal para conseguir la recuperación integral de estos históricos edificios y su destino público cultural, con el objeto de dar a conocer las antiguas labores y oficios tradicionales relacionados con el agua y el papel relevante del río Duero en la historia de la ciudad, mediante la instalación de una placa conmemorativa de la colaboración de la entidad cedente".

En aquel entonces firmaron por parte del Ayuntamiento el mismo Antonio Vázquez y por la comunidad su presidente, José Manuel Mayor Hernández.

Según la inscripción que aparecía entonces en el Registro de la Propiedad la finca de Las Aceñas "constan de un portalón, cuatro casetas de aceñas derruidas, una calzada que las une y un alud. Mide la parte cubierta 516 metros superficiales y 87 metros los tres tramos de calzada que unen las cuatro casetas. En conjunto, 603 metros de superficie, a las que corresponde un aprovechamiento hidráulico".

Entre otros detalles que figuran en el último convenio firmado, la Comunidad se reservaba el derecho a utilizar una de las salas resultantes para la celebración de sus reuniones anuales.