El Campus Viriato se convertirá este próximo 22 de noviembre en epicentro del 800 aniversario de la Universidad de Salamanca, un acto que estará presidido por el rector de la USAL, Ricardo Rivero, defensor de acercar estas actividades de conmemoración a todos los campus que componen la universidad salmantina, más allá de la capital charra, para fomentar el vínculo entre todas las facultades que conforman una de las universidades más antiguas. Ahora el próximo reto está en hacer de esta tradición un valor que aúpe a la USAL a los estudios del siglo XXI, no solo en los aspectos tecnológicos, sino, sobre todo, en la capacidad de adaptar los grados "para los profesionales del futuro". Para el campus zamorano también tiene planes Rivero, empezando por dar un impulso a las ingenierías de la rama de agroalimentaria.

-Este mes Zamora acoge un acto oficial para la celebración del 800 aniversario de la USAL, ¿en qué va a consistir?

-Constará de dos momentos centrales. Un primer acto se desarrollará también en presencia de la Diputación Provincial, recordando así el vínculo histórico de la Universidad de Salamanca con Zamora desde nuestro fundador, Alfonso IX, hasta personajes tan ilustres del siglo XX y XXI como Claudio Rodríguez o profesores y profesoras memorables como Carmina Calvo en la facultad de Derecho. Este será el acto de reivindicación de un vínculo histórico entre Zamora y la Universidad de Salamanca. Después, se desarrollará otro acto en el Campus Viriato, que muestre la potencia de las titulaciones, los espacios y la comunidad académica de la USAL en Zamora, con un número muy importante de estudiantes de las distintas titulaciones en la Escuela Politécnica, Magisterio y los dos centros adscritos, la Escuela de Enfermería, dependiente del Sacyl, y la de Relaciones Laborales, con la Diputación Provincial de Zamora.

-¿Qué significa para el rectorado organizar actos del aniversario fuera del centro de la universidad, que está en Salamanca?

-Viene a mostrar que USAL es también Zamora, como el resto de los campus. Hemos posibilitado que las personas del Campus Viriato y todos los miembros de la comunidad universitaria de la USAL en Zamora hayan podido asistir a los distintos actos de este octavo centenario, con la disposición de autobuses. También hemos apoyado las iniciativas de actividades y exposiciones culturales del Campus Viriato. En este sentido, quiero subrayar la fantástica exposición sobre la historia de la ingeniería en Zamora, que revela las capacidades del territorio como lugar de ingenio, creatividad y progreso. Pero queríamos que se desarrollara un acto específico, monográfico, de conmemoración. Aunque durante todo el año ha habido mucha actividad alrededor del octavo centenario aquí en Salamanca, y en toda la Universidad en general para todos los campus, el organizar este acto específico en Zamora demuestra, más allá de los compromisos previos, que la Universidad de Salamanca está allí muy presente.

-¿Cómo valora su primer año de mandato como rector de la USAL?

-Ha sido un año de mucho trabajo y quiero agradecer a la comunidad universitaria, y por supuesto al Campus Viriato, el esfuerzo extraordinario que ha realizado, tanto el personal de administración y servicios como el personal docente investigador, por mostrar lo mejor de nuestras capacidades en este 2018. Hemos estado expuestos a la atención de todo el país y gran parte de la comunidad académica iberoamericana e internacional y hay que decir que, en general, los grandes momentos de la conmemoración arrojan un resultado positivo. Desde el encuentro de rectores de universidad, en mayo, con 600 invitados de todo el mundo, hasta la celebración del trigésimo aniversario de la Magna Carta de Universidades. Se ha demostrado el prestigio nacional e internacional de la Universidad. También quiero agradecer a todo el equipo en sentido amplio, con directores de centros y departamentos y responsables académicos, el trabajo excelente que realizan. Impulsar una institución de esta magnitud es el resultado de un esfuerzo colectivo, tenemos que seguir trabajando.

-¿Qué análisis actual realiza de la situación por la que atraviesa el Campus Viriato?

-Creo que este año, por primera vez, hemos logrado amortiguar la caída brusca que se venía observando en el número de estudiantes en el Campus Viriato. De un año para otro, en los últimos cursos se perdían más de cien estudiantes. Cuando vemos el histórico de las cifras más altas a las presentes, observamos un descenso significativo, pero este año nos hemos quedado prácticamente con los mismos estudiantes que el año pasado.

-¿Qué pasos se van a dar desde el rectorado para que esta tendencia se generalice en los próximos cursos?

-Tenemos que realizar más esfuerzos para visibilizar las excelentes titulaciones del campus, especialmente algunas ingenierías. Ciertamente, el descenso en alguna de ellas es nacional y casi estructural, como ocurre con Arquitectura Técnica, por la situación que atraviesa el sector de la construcción. Pero hay otras titulaciones como Ingeniería Agroalimentaria que, en una provincia como Zamora, que es una gran potencia en este sentido, debieran recibir más atención e interés. Con un curso completo y en colaboración con los responsables de los centros, podemos lograr en el siguiente 2019-2020 un primer crecimiento del número de estudiantes del campus, después de los resultados de este año, que ha sido el de casi quedarnos a la par. Creo que conseguiremos elevar el número estudiantes.

-¿Cuál será la estrategia?

-Vamos a desarrollar labores de promoción en otras comunidades autónomas como Galicia que, históricamente, han enviado estudiantes a Zamora.

-Ya existen algunos en el Campus Viriato, pero ¿considera que la implantación de dobles grados es una vía valorables para reactivarlo?

-Sin duda. Consideramos que los dobles grados conjugan perfectamente la atracción de un mayor número de estudiantes y, al tiempo, de alumnos con altas capacidades; cantidad y calidad. Esa es la gran ventaja de los dobles grados, que son atractivos y lo son para estudiantes con muchas ganas de aprender. Todas las iniciativas de este tipo que cuenten con el respaldo de los centros van a ser impulsadas por el Vicerrectorado de Docencia. Por otra parte, también tenemos que llevar a Zamora formación dual, así como participar en las iniciativas que se están desarrollando en el sector agroalimentario de formación de profesionales y pensar, por supuesto, en todas las adaptaciones de nuestra oferta académica que consigan contribuir a ese objetivo de crecer en estudiantes.

-¿Ya quedó atrás la propuesta de hace años de convertir al Campus Viriato en un centro especializado para las carreras más técnicas?

-La USAL tiene en la actualidad cuatro centros de carreras técnicas: Ingeniería Industrial de Béjar, la Politécnica de Ávila y la de Zamora, a las que hay que añadir las ingenierías en la Facultad de Ciencias de Salamanca. Los cuatro presentan sus propias especialidades y capacidades. Por supuesto, si vemos oportunidad de potenciar más o nuevas carreras técnicas en Zamora, las vamos a sumar.

-La tradición de la USAL, con 800 años a sus espaldas, es indiscutible, pero ¿es una universidad adaptada al siglo XXI?

-La adaptación es un trabajo de todos los días. Por supuesto, hemos avanzado mucho en nuestra transformación digital, pero todavía tenemos muchas tareas pendientes. Hay un gran desafío que nos incumbe a todos, que es el de formar a los profesionales del futuro. Muchas profesiones de hoy en día van a experimentar transformaciones como consecuencia de la incorporación de la inteligencia artificial o la automatización, por ejemplo, así que necesitamos revisiones y actualizaciones constantes de los planes de estudios para que la oferta académica se adecue no a las necesidades pasadas del mercado de trabajo, sino más bien a las futuras. Forma parte de la capacidad de una institución que ha perdurado durante 800 años el adaptarse a las demandas de su tiempo.

-¿Cuáles son los puntos fuertes para que los estudiantes de toda España sigan escogiendo a la USAL para su formación universitaria?

-Creo que una de las grandes ventajas de la USAL es la dedicación de nuestro profesorado. El prestigio nacional e internacional es impresionante, porque cuando uno sale fuera de España, en todo el mundo es conocida la Universidad de Salamanca y ser titulado aquí tiene un valor adicional por ese prestigio. Pero sobre todo quiero subrayar la dedicación de nuestros profesores y profesoras, porque en otras universidades de ciudades más grandes, como Madrid, Barcelona o Valencia, por poner ejemplos conocidos, el profesorado no puede dedicarse con tanta intensidad y proximidad al quehacer universitario como en nuestro estudio. Las condiciones de los campus de la USAL propician una relación constante entre profesores y estudiantes. Nuestra universidad tiene el tamaño idóneo para que, por un lado, haya mucha masa crítica, investigadora y de creación de conocimiento, pero no son centros tan grandes como para que se despersonalice el trato con el estudiante.

-La prueba de la EBAU afecta directamente al tipo de alumno que accede a la universidad, ¿está a favor de realizar una prueba única a nivel nacional?

-Siempre me he manifestado a favor de una mayor coordinación entre comunidades autónomas para garantizar la igualdad de oportunidades. Seguramente, la solución ideal sería la EBAU única, por supuesto, pero si se puede garantizar la igualdad de oportunidades de otro modo, bienvenido sea. En todo caso, necesitamos una mayor coordinación que incentive el esfuerzo de los estudiantes y que reconozca el que realizan los alumnos de Castilla y León.

-Para cualquier proyecto de la Universidad la financiación es esencial. ¿El mecenazgo es necesario cuando la financiación pública es insuficiente?

-La financiación pública tiene que garantizar la prestación del servicio público de educación superior, al cien por cien. Cuestión distinta es que otras actividades de la universidad, de carácter cultural o nuevos proyectos, puedan realizarse en colaboración con la iniciativa privada o con el tercer sector. Pero como hablamos de un servicio público, la financiación tiene que ser pública al completo. Más aun teniendo en cuenta las elevadas tasas que pagan los estudiantes en esta comunidad autónoma.

-¿Cómo se ha evolucionado con la Junta de Castilla y León en este tema?

-Se han dado avances por parte de la administración regional que agradecemos. Pero los avances de otras comunidades autónomas son mayores. Mientras que aquí se ha producido una pequeña rebaja de las tasas, en Andalucía y Extremadura se avanza hacia la gratuidad. Esto nos sitúa en una condición difícil para competir en precios académicos. Aun así, creo que la calidad de la formación que ofrecemos explica que atraigamos todavía más estudiantes. Si no, por ejemplo, no tendríamos en la USAL alumnos de Galicia, donde se congelaron hace tiempo las tasas y no subieron los precios públicos. Si todavía vienen estudiantes gallegos al Campus Viriato será porque todavía tiene atractivo. Pero si las tasas no fueran tan altas, estoy convencido de que vendrían más.

-A punto de cerrar la puerta del año de celebración del 800 aniversario de la USAL, ¿cuáles son los proyectos más inminentes?

-A mí me gustaría que vinieran muchos más estudiantes internacionales a cursar las carreras, también en el Campus Viriato, así que ya estoy trabajando en ese sentido. Los precios públicos no son el principal contratiempo que dificulta el crecimiento del alumnado. Nuestro problema número uno es la demografía. Vienen generaciones de jóvenes estudiantes menores en número a las anteriores, así que la USAL, y el sistema universitario de Castilla y León en general, tiene que conseguir atraer jóvenes de toda España y de todo el mundo. En ese proyecto estoy totalmente comprometido para 2019. Hay que aprovechar además el que tengamos una educación en Castilla y León excelente, más allá de la universitaria. Así que en Zamora además de comer bien hay una gran tradición en educación, se enseña y se aprende muy bien. Tenemos una educación de calidad, gastronomía y agroalimentación extraordinarias y esas son nuestras fortalezas. Cómo conseguir que vengan jóvenes a Castilla y León pasa por mostrar nuestras capacidades educativas. Si no lo hacemos, especialmente en áreas que sean de desarrollo, como es la agroalimentaria, seremos cada vez menos. Todavía estamos a tiempo de invertir esa tendencia y vamos a hacer grandes esfuerzos para lograrlo.