El pintor Alfonso Martín Burguillo expone estos días en la galería de arte Espacio 36-Ángel Almeida una serie de cuadros bajo en la muestra titulada "Prefiero el silencio"

-¿Qué le mueve a pintar bodegones?

-Principalmente el poder trabajar en la intimidad de mi estudio porque soy una persona introvertida y a la que me gusta la soledad para trabajar. Siempre pinto bodegones porque es lo que tengo más a mano. Yo pinto del natural y no he querido entrar en la línea del realismo fotográfico, pues del natural la atmósfera que se consigue en la luz o los puntos de vista resultan mucho más interesantes a la hora de trabajar. Es una manera de enfrentarme cada día al reto de ver qué conseguimos. No se trata de bodegones clásicos, aunque sí se pueden enclavar dentro de este estilo de pintura.

-Este género se asocia a naranjas, peras y sin embargo usted apuesta por utilizar bolsas de papel, entre otros objetos.

-Elijo objetos más cercanos porque los tengo a mano. Los selecciono porque mis gustos personales son muy austeros, muy de huir del brillo del oro y encuentro belleza en objetos normales que encontramos en nuestra vida. La mayoría de los objetos que utilizo son elementos que tiramos. Las bolsas son un objeto de consumo desechable y estamos rodeados de ellas en un mundo de consumismo y casi son un símbolo del consumo. Su elección fue un motivo de intentar encontrar en objetos cotidianos alguno que me sirviera para componer y que tuviera una belleza. Luego selecciono otros muchos objetos que encuentro a lo largo de mis viajes, otra de mis pasiones. En los países que visito si localizo un elemento que me llama la atención y que me pueden dar juego a la hora de componer una obra, lo incorporo.

-En sus obras grandes opta por muy diversos colores o bien solo utilizar una gama cromática.

-Son formas de trabajar. Empecé a trabajar esta línea en el año 2005. Al principio estaba en un momento de utilizar una gama cromática más amplia, con colores muy vivos, sin llegar a ser planos pues buscaba la libertad del color. Paulatinamente la paleta fue cambiando, aunque realmente no sé el motivo. Un día empiezas a encontrarte más cómodo con las gamas monocromáticas. Es una cuestión de búsqueda y son retos que te marcas. Son dos tipos de pintura que he ido alternado. En una gama monocromática existe la dificultad de conseguir distintas tonalidades porque, aunque sean todo rojos o todos azules, no hay dos objetos con el mismo color y a mayores conseguir el volumen en una gama única resulta más complejo.

-El círculo protagoniza muchas de sus últimas piezas.

-Es un elemento compositivo que un día comencé a trabajar más. A la hora realizar la composición interna de una obra, algo que cuido mucho, busco un ritmo y en esos ritmos siempre figura el triángulo y el rectángulo. El círculo un buen día apareció, pero es un elemento geométrico que me ayuda. A la vez que apareció el círculo fueron desapareciendo en mi obra logos, letras o palabras.

-De ahí el título de la exposición de "Prefiero el silencio"

-Sí porque poco a poco he ido despojando a mi obra de todo aquello que creía que sobraba. Es expresar más con menos.

-Ese pensamiento está presente en algunas de las obras donde el peso recae únicamente en dos objetos.

-He optado por un círculo y por otro objeto. Es una forma de componer porque juego con el formato cuadrado del cuadro y la contraposición de un círculo que ocupa gran parte del espacio y dentro del círculo, otro elemento.

-En todos los cuadros el fondo es blanco inmaculado ¿por qué?

-Viene de la influencia que tengo de la publicidad. El blanco me ayuda a que la vista se centre en lo que estoy representando. Si pongo un fondo con unas texturas o bien coloco los elementos en una repisa... logro un bodegón mucho más clásico y yo quería eliminar esta referencias al Clasicismo. Los objetos sin pintar un fondo están perfectamente representados. Lo que pretendo es que quien mira el cuadro se sumerja dentro de la composición de la obra y con los fondos blancos logras que el público no se distraiga.

-¿Qué importancia tiene para usted el dibujo?

-Es básico. Tengo una formación de dibujo muy clásica. El dibujo para mí es vital, pero no me considero un dibujante preciosista. Me gusta dibujar y la base en toda mi pintura está hecha toda con carboncillo porque la composición me la pienso mucho y cuando me gusta, la traspaso al lienzo. No obstante, no estoy obsesionado con las proporciones ni con las perspectivas... lo que me interesa es el ritmo interno de la obra, las relaciones entre las distintas tonalidades y la armonía.