Fuentes de las eléctricas reconocen que reciben quejas de clientes con la reformulación del bono social, porque muchas personas desconocen si tienen derecho al descuento, encuentran problemas a la hora de buscar la documentación necesaria o proceder a su tramitación "engorrosa". Es posible presentar la solicitud por Internet pero las personas mayores o con escasos recursos no cuentan con un ordenador ni están familiarizados con las nuevas tecnologías por lo que están obligados a gestionarlo en las oficinas. Y es que las compañías actúan como intermediarios entre el Ministerio y el usuario. "Nosotros no denegamos las solicitudes, sino que nos atenemos a los criterios del Gobierno", explican.

El nuevo bono social establece tres categorías de clientes vulnerables, que podrán beneficiarse de ahorros en el Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor o que estén en el mercado regulado. El sistema diseñado por el Ejecutivo central contempla tres categorías de clientes vulnerables: Consumidor vulnerable (renta familiar anual de 11.279 euros en caso de no haber menores, familia numerosa con el título o pensionistas que perciban la cuantía mínima), consumidor vulnerable severo (renta anual igual o inferior al 50% de los umbrales establecidos en la anterior categoría o pensionista con pensión mínima) y consumidor en riesgo de exclusión social (la misma renta que la anterior pero, además, atendido por los Servicios Sociales).