"En casa del herrero cuchillo de palo" es le refrán que se podía aplicar a la Junta de Castilla y León, ya que los ascensores de la Delegación Territorial tienen la inspección caducada desde abril, según la placa de revisiones periódicas que figura en los propios elevadores. La propia normativa de la Junta indica la obligación de realizar las inspecciones periódicas por un organismo de control autorizado cada dos años en el caso de ascensores instalados en edificios industriales y lugares de pública concurrencia. Los elevadores que funcionen en edificios de más de 20 viviendas o más de cuatro plantas servidas tienen un periodo de revisión de cuatro años.