Hijos de Salvador Rodríguez Quesos El Pastor, de Santa Cristina de la Polvorosa, es una de fábricas de queso más importantes de España y del mundo. Con 85 millones de litros de leche transformados cada año y la producción de más de 13.000 toneladas de queso, la empresa fomenta ahora la producción de productos con leche de cabra. Así lo asegura Marco Rodríguez, segunda generación al frente de la empresa y el responsable directo de adaptar la sociedad a los nuevos tiempos y de abrir nuevas líneas de negocio, como demuestra el hecho de que más del quince por ciento de la producción va a más de 55 países. Rodríguez, auténtico experto en el sector requerido por muchos foros para contar los secretos de Hijos de Salvador Rodríguez, analiza las líneas de futuro en esta entrevista.

-Los datos del Ministerio y las estadísticas aportadas por la Federación Castellano Leonesa de Industrias Lácteas indican, sin dejar lugar a la duda, que la región tiene un déficit de producción en lo que se refiere a leche de cabra. ¿Cuál es la situación actual del sector?

-Los productores de queso pensamos, porque es por ahí por donde va el futuro, que hay un déficit de producción bastante importante. Eso es cierto. Las fábricas de Castilla y León, tres de ellas están en Zamora, son las más importantes de España en lo relativo a la transformación de la leche de cabra en productos de venta al público, principalmente queso. Las industrias estamos demandando desde hace un tiempo mucha leche de cabra ante las buenas perspectivas de esta línea de negocio y nos encontramos con que el campo de la comunidad no es capaz de suministrarnos la materia prima que necesitamos.

-¿De qué necesidades estamos hablando?

-Los datos que manejamos en la Federación Castellano Leonesa de Industrias Lácteas indican que las fábricas necesitaríamos unos 150 millones de litros anuales pero a día de hoy solo se producen treinta millones en todo Castilla y León. La oportunidad de negocio y de generación de riqueza para el medio rural es muy importante, de 120 millones de litros al año.

-¿De qué cifras estaríamos hablando en la provincia de Zamora?

-En Zamora estamos hablando de una producción de cinco o seis millones de litros de leche de cabra al año, una cifra realmente baja para las necesidades del sector.

-¿Dónde se produce actualmente la leche de cabra que utiliza la industria quesera de Zamora para elaborar sus productos?

-Intentamos comprar de diferentes zonas geográficas de España, principalmente de Extremadura, Andalucía y algo que viene de la propia comunidad autónoma. En Castilla y León la mayor parte de la producción viene de la provincia de Ávila.

-Si las necesidades de la industria son tan evidentes y la oportunidad económica parece tan clara? ¿Por qué no se produce aquí más cantidad de leche de cabra?

-En su momento se hizo una apuesta bastante importante por parte de todo el sector, tanto fábricas como ganaderos, pero fueron años difíciles. Los productores de leche de cabra centraron ahí buena parte de sus esfuerzos pero los productos no tuvieron mucho auge en ese momento. Tampoco hubo industrias potentes que supieran absorber la producción de los ganaderos y los precios de la leche cayeron.

-¿Ha cambiado la situación?

-Sí. El mercado es ahora mucho más estable y los productos de leche de cabra tienen ahora mucho más tirón y mejor proyección a largo plazo. El mercado es, en definitiva, más estable. La industria demanda la materia prima, ahora y para años venideros.

-Los ganaderos demandan seguridad.

-Por nuestra parte no tendríamos problemas en establecer acuerdos a largo plazo con los ganaderos para darles esa seguridad que demandan. Hablamos de acuerdos para varios años, lo que elimina gran parte de la incertidumbre porque se aseguran la venta de los litros de producción que asuman. Queremos que los ganaderos que se atrevan vean que la producción de leche de cabra es una oportunidad para continuar con sus negocios y asegurar la vida de sus explotaciones ganaderas. Incluso para abrir pequeñas granjas, que crean puestos de trabajo en los pueblos y que ahora están cerradas.

-Todo sea para eliminar el miedo?

-Es normal que los productores tengan reparos, pero el futuro viene por ahí. Estos miedos están fundados en la situación que pasó hace unos años, pero el panorama ahora es muy diferente. Los industriales de Castilla y León estamos transmitiendo una seguridad a largo plazo para que se pueda producir leche de cabra. Los productos con esta materia prima están creciendo, tanto a nivel nacional como internacional.

-Según habla, parece una oportunidad para un medio rural necesitado de estímulos económicos, sobre todo en Zamora.

-Por supuesto. Fijar población es muy importante y estas explotaciones ganaderas generan muchos puestos de trabajo en el medio rural. Aprovechamiento de pasos, mantenimiento de las granjas, agricultura, veterinarios? Son muchos puestos de trabajo y una buena oportunidad para la provincia y para toda la comunidad autónoma. Se debe aprovechar.

-¿Cómo son las relaciones de la industria con el sector primario?

-Creo que en estos momentos son bastante buenas. La industria está por labor, y así me consta en nuestra empresa y en otras muchas del sector, de establecer acuerdos comerciales a futuro para que los ganaderos vean que esta apuesta es una apuesta seria y que tengan confianza por nuestra parte. Estamos obligados a entendernos por una cuestión primordial, y es que si no hay materia prima nosotros no podríamos producir.

-Cambiando un poco de tema, usted fue durante años presidente de la Denominación de Origen Queso Zamorano. ¿Qué le falta a la DO para despegar definitivamente?

-Es un producto de gran calidad, no creo que eso lo pueda discutir nadie. La verdad es que en esta vida todo tiene su momento? Cuando surgió la DO Queso Zamorano hubo años muy buenos. La verdad es que tuvo mucho auge pero no acabó de despegar. Unos echan la culpa a los industriales, otros a la producción? Creo que no había volumen para promocionarlo en todos los sitios del mundo y ahora estamos un poco estancados en cuanto a kilos desde hace ya bastantes años. Son momentos complicados para la DO, pero eso no quita que puedan surgir nuevas oportunidades para la DO si las instituciones se deciden a darle un empujón.