Prisión sin fianza. A las 13.40 horas, el furgón de la Policía Nacional partía de los juzgados camino de la Comisaría para trasladar a Topas al acusado de violar, armado con cuchillo, a una joven de 23 años la noche del lunes en un portal de la calle de Benavente, al que accedió detrás de la víctima, cuando esta acababa de abrir la puerta y de entrar, hechos sobre los que no quiso declarar ayer al ser interrogado por el juez y la fiscal.

El investigado por un delito de agresión sexual consumada, otros tres en grado de tentativa y por el hurto del teléfono de la víctima, negó los hechos a preguntas de su abogada, según la información facilitada por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.

El acusado, de iniciales J.T.J., muy conocido en la capital por su profesión de camarero, llegaba al Palacio de Justicia hacia las 9.20 horas de ayer y permanecía en los calabozos hasta las 12.25, cuando se le trasladó hasta el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1, que estaba de guardia, para que prestara declaración, si bien se mantuvo en la misma postura que en Comisaría, donde no negó la agresión sexual cometida y se mostró colaborador solo para que los agentes pudieran recuperar sus ropas y calzado, de los que se deshizo, arrojándoles a contenedores de basura, en cuanto supo que se describían en Redes Sociales.

El detenido permanecerá los primeros días en un módulo especial de Topas, protocolo que se sigue para impedir que los reclusos que ingresan pueda autolesionarse y preservar su integridad física. Podrá recibir visitas, al haber decretado el juez prisión comunicada.

La violación y los intentos de agresión sexual que sufrió la joven de 23 años tuvieron lugar cuando esta había abierto la puerta del edificio de la calle de Benavente al que se dirigía y encontraba ya dentro y, "todavía con la puerta abierta", momento que aprovechó el investigado para entrar y empujarla contra la pared, mientras le tapaba la boca con la mano y sacaba un cuchillo de cocina con el que la amenazó, la robó el teléfono móvil, y la obligó a acompañarlo hasta el último piso para abusar sexualmente de ella en el rellano de la escalera. Al no conseguir la penetración, la forzó, siempre con el cuchillo en mano, a que le efectuara una felación (el Código Penal lo tipifica como violación) y le masturbara.

Acto seguido, hacia las 23.00 horas, decidió llevársela hasta el piso que tiene en la avenida de Príncipe de Asturias para forzarla a mantener relaciones sexuales. Siempre usando el arma blanca pegada al abdomen de la joven, J.T.J. la obligó a que le cogiera del brazo para simular que eran pareja y recorrer así la calle de Santa Clara y La Marina. Fue a la entrada de ese inmueble, cuando el acusado saca las llaves para abrir el portal y deja un poco libre a la víctima, lo que esta aprovecha para correr hacia dos personas que se encontraban a unos metros, quienes reaccionan yéndose hacia la joven, mientras el acusado, al darse cuenta de que ha sido descubierto, se da a la fuga. Tras él sale un hombre que se encontraba con el grupo que auxilió a la joven. El varón no logró dar alcance al agresor, que se dirigió hacia la calle de Cuba, donde vive su padre, domicilio en el que se refugió. Los agentes lograron reunir pruebas tan contundentes como el ADN del joven, al localizar una colilla que dejó en el portal de la calle de Benavente donde violó a la joven, según la denuncia, así como el cuchillo, las ropas y la grabación de las cámaras de los establecimientos comerciales y el resto de negocios repartidos por el itinerario que el acusado recorrió con la joven bajo amenazas. En 14 horas el sospechoso estaba detenido.