El biólogo benaventano Ángel Rodríguez Nebreda, investigador del Instituto de Biomédica de Barcelona describió en qué consisten los trabajos de laboratorio para conocer mejor el funcionamiento de las células cancerígenas, para diseñar estrategias que les impidan crecer y provoquen su muerte. Las células, explicó, reciben unas señales que son las que le indican cuándo tiene que multiplicarse. Si se bloquean esas señales o se logra introducir tóxicos en ellas se logra que la célula cancerígena muera. Es lo que intenta con la proteína P38, un regulador esencial en la respuesta al estrés, y cuya ausencia ayuda a que la célula cancerígena cometa errores al reproducirse y termine muriendo. Los experimentos en ratones que acogen tumores humanos, están dando buenos resultados. Habló también de las posibilidades de la inmunoterapia, que consiste en sacar defensas naturales del organismo, modificarlas para que reconozcan las células tumorales y volverlas a introducir para que ataquen el cáncer.