Profesor de lengua y literatura inglesa en la Universidad Jaume I de Castellón, el valenciano Santiago Posteguillo dio un giro a su carrera profesional en 2005, cuando al fin una pequeña editorial publicó «Africanus, el hijo del cónsul», el primer libro de una trilogía sobre el general romano Publio Cornelio Escipión. En tiempo récord, se ganó una enorme recua de lectores que «presumen» de devorar sus libros, de casi mil páginas de extensión. La editorial Planeta acaba de sacar a la luz el primer volumen de su nueva trilogía, que relatará la vida de Marco Ulpio Trajano, el primer hispano que se sentó en el trono de Roma. Con «Los asesinos del emperador» -la primera entrega- relata la vida del emperador que más cerca estuvo de la provincia de Zamora.

-¿Su interés histórico se limita a la civilización romana?

-Mi interés, en primer lugar, está en la literatura. Dentro de la historia, es verdad que la civilización romana me llama mucho la atención, porque es nuestra base sociocultural más fuerte: hablamos en español y el 75% de esta lengua viene del latín. Siempre me ha gustado mucho el campo histórico y me pareció muy bonito hacer novela histórica para conjugar mis dos grandes pasiones. Sí tengo idea de escribir sobre temas fuera de Roma, pero si necesito dos años para cada novela y ahora estoy con la trilogía de Trajano, es fácil saber que hasta 2015 no estaré libre.

-Supongo que la colaboración de profesores amigos de su universidad ha sido clave en el delicado proceso de documentación?

-La base fundamental es la investigación. No soy historiador, pero sí doctor en Filología, y tengo desarrollada la técnica de investigación. Tengo la fortuna de contar con unos fondos bibliotecarios excelentes en la Universidad y, además, estoy muy bien rodeado por los catedráticos y profesores de latín, griego clásico, historia o psicología.

-En «Los asesinos del emperador», se percibe una gran admiración por su parte hacia Trajano, el primer emperador hispano de Roma.

-Tanto él como su entorno familiar son gente que impone respeto. En esta primera novela, sólo se apuntan algunas facetas de su personalidad y será en las siguientes cuando se vea a Trajano sacar a Roma de una gran crisis económica, poner en marcha políticas sociales, condenar gobernadores corruptos? Una persona que fue ejemplo durante siglos del mejor gobernante hasta entonces.

-Si a Trajano le tiene respeto, con su predecesor Domiciano es un poco más severo?

-Era una persona paranoica, desconfiada, un ser deleznable. Es verdad que hay un cierto revisionismo que apuesta por un Domiciano no tan malo y esto siempre es opinable. Aún así, si examinamos una serie de datos objetivos, yo creo que nunca me iría a cenar a un banquete que organizara Domiciano?

-Sobre todo si hubiera destacado por algo?

-Absolutamente.

-¿Qué parte de la vida de Trajano conocerán los lectores de «Los asesinos del emperador»?

-Esta novela inicial cuenta sus primeros cuarenta años hasta que llega a sentarse en el trono imperial de Roma. Ahora estoy trabajando en la segunda parte, que contará la conquista de la Dacia, la actual Rumanía. La tercera parte recreará la toma de Partia siguiendo las huellas de Alejandro.

-Habla de una idea muy interesante: Cómo cualquier persona está llamada a cambiar la Historia de un día para otro, caso de Trajano.

-Es injusto que un grandísimo antepasado nuestro como Trajano esté tan olvidado por nosotros. Ningún hispano, a excepción de Felipe II, tuvo a su mando un imperio de tanto tamaño. Fueron muchas las circunstancias que precedieron a la elección de un emperador no italiano y creí justo contar todo eso en una novela.

-¿Visitó nuestras tierras el emperador hispano?

-Estuvo muy cerca de Zamora durante unos años, al mando de la Legión VII Gémina, en León, con la función, sobre todo, de controlar las famosas minas de oro de las Médulas y su funcionamiento para que el metal siguiera fluyendo. De hecho, probablemente sea, con Augusto, el emperador romano que pasara más cerca de Zamora.

-Hablando de Zamora, tenemos un personaje muy querido entre nosotros, cuya historia camina entre la realidad y la leyenda. ¿Es susceptible Viriato, el héroe lusitano, de convertirse en protagonista de una de sus futuras novelas?

-Indudablemente, Viriato es un personaje muy interesante y merecería una buena novela histórica. Fue un personaje que, en clara situación de inferioridad militar, le hizo la vida muy complicada a los romanos durante años.

-Quizá la dificultad radica en recomponer su vida?

-Las únicas fuentes que nos quedan de la época son las romanas y éstas suelen desvirtuar la forma en la que se describe al líder derrotado. Reconstruir la vida de Viriato es complejo y supondría un reto adicional.

-De la caída de Roma, ¿se puede aprender algo para afrontar la difícil situación actual?

-Debemos aprender que alimentar los grandes desequilibrios sociales acaba muy mal. También se ha de tener en cuenta que tolerar niveles de corrupción escandalosos tiene un mal fin igualmente.

-Casi dos mil años después del declive romano, tampoco hemos cambiado tanto?

-Lamentablemente, la naturaleza humana no evoluciona a la misma velocidad que el desarrollo tecnológico y eso es un lastre.

Valencia, 1963

Santiago Posteguillo es filólogo, lingüista, doctor europeo por la Universidad de Valencia y, actualmente, profesor titular en la Universitat Jaume I de Castellón. Allí, imparte clases de lengua y literatura inglesa, con atención especial a la narrativa inglesa del siglo XIX. Su carrera como escritor nació en 2005, con la publicación de «Africanus, el hijo del cónsul», la primera novela de una trilogía dedicada a Publico Cornelio Escipión. Cuando Ediciones B publicó la segunda parte, Posteguillo tuvo que comprar a sus antiguos editores los derechos del primer volumen, que le costó diez veces más de lo que había percibido por él.