En torno a doce mil visitantes han pasado por los nueve montajes expositivos situados en otros tantos templos y espacios culturales de la ciudad durante la 56 edición del Congreso Nacional Belenista que se cerró ayer con un balance más que positivo, debido a la brillante organización por parte de la Asociación Belenista La Morana, según coincidieron en señalar los oradores que intervinieron en la jornada del clausura.

"Para nosotros es un sueño culminado volver a traer el Congreso Belenista a Zamora y creemos que no hay palabras", explicó el presidente de La Morana y principal organizador, Francisco Iglesias Escudero. Destacó la aceptación que ha tenido, en primer lugar, el Congreso en Zamora, ya que se han contabilizado doce mil visitantes en los nueve montajes expositivos. Además, "los congresistas marchan encantados del programa del que han disfrutado, con un montón de actos y actividades enfocados a divulgar, difundir la tradición belenista". Y entre tanto aspecto positivo, Iglesias destaca "el espíritu que se ha creado. Toda la gente que ha venido con las asociaciones de fuera se van sorprendidas de cómo se vive en Zamora la ruta belenista, cómo se valora y cómo nos mima Zamora a los belenistas". Especial mérito otorgó Iglesias Escudero al apoyo institucional y sobre todo al trabajo de las decenas de voluntarios que han hecho posible que todo saliera "de 10". La Morana editará un DVD, que estará listo en Navidad, con los principales momentos del Congreso para todos aquellos que se quieran hacer con un recuerdo.

Era el colofón a muchos días previos de esfuerzo y una no menos intensa jornada de clausura que se iniciaba bien pronto, a las 10.30 horas, con la eucaristía oficiada por el obispo diocesano Gregorio Martínez Sacristán en la iglesia de San Andrés, cantada por el Coro Sacro Jerónimo Aguado.

Fue el propio prelado el encargado de bendecir el Belén Monumental del 56 Congreso, colocado precisamente en el Seminario, mientras que el presidente de La Morana, Francisco Iglesias Escudero colocaba la insignia de oro a la patrona de Zamora, la Virgen de la Concha, acreedora de la distinción de honor de la Federación Española de Belenistas. El besapié del Niño Jesús dio paso a la fiesta en al plaza del Seminario, con gigantes y gigantillas, la Tarasca y los mozos de concejo que minutos después alegraban las calles con el desfile que protagonizaron por San Andrés y la Plaza Mayor hasta el Teatro Principal, que acogió la ceremonia de clausura.