Coincidiendo con la festividad de San Francisco de Asís, patrón universal de las asociaciones belenistas, Zamora se convertirá a partir de hoy en el epicentro de las exposiciones sobre la Natividad de Jesús con motivo del 56º Congreso Nacional Belenista. Desde este jueves y hasta el próximo domingo 14 de octubre la ciudad albergará una ruta extraordinaria conformada por nueve nacimientos repartidos por la Catedral, cinco templos y la Biblioteca Pública. No obstante, el grueso del congreso organizado por la Agrupación Belenista La Morana tendrá lugar entre el 11 y el 14 de octubre con conferencias, talleres, visitas guiadas, conciertos y un sinfín de actos que harán de Zamora la capital belenista de España.

-A falta de unas horas para que comience el 56º Congreso Nacional Belenista, ¿cómo se encuentra?

-Estamos contentos. Ha sido mucho trabajo, un esfuerzo que implica muchos factores y mucha gente, para que en diez días se pueda disfrutar de nueve exposiciones que están a la altura, calidad y categoría que se merece el belenismo de Zamora. Creo que hemos conseguido que La Morana sea reconocida a nivel nacional e incluso internacional por el trabajo que desarrollamos, sobre todo por las múltiples y diversas actividades que realizamos en las cuales destaca con luz propia el belén. Este congreso que vamos a celebrar es la prueba de que todo el esfuerzo y trabajo continuado durante todos estos años ha merecido la pena.

-¿Cuánta gente está implicada en la organización?

-En la asociación somos en torno a doscientas personas de todas partes de España, incluso extranjeros. No solamente hay zamoranos. Esto es algo muy curioso porque la gente se apunta a La Morana para apoyar el belén porque sabe que formando parte de la asociación está apoyando la vigencia y la pervivencia de esta tradición. Queremos que la gente que va a venir a disfrutar del Congreso vea cómo se trabaja y cómo se entiende el belén en Zamora al que nosotros le hemos dado forma.

-¿Y cómo se entiende el belén en Zamora?

-Es un belén muy particular. Nosotros estamos muy acostumbrados a verlo, pero cuando viene gente de fuera te dicen: "He visto una foto y sabía que el belén era vuestro". Eso a nosotros nos llena de orgullo y satisfacción porque reconocen la obra sin que ponga debajo el autor. Para un artista eso es un subidón.

-¿Qué singularidades tienen o en qué se diferencian del resto?

-En la forma de concebirlos. Los belenes suelen ser de carácter monumental en los cuales se trabaja mucho el diseño, la parte previa a la ejecución manual. Siempre hay un concepto detrás de la exposición, una idea que desarrollamos a través del belén pero que tiene algo más. Es un belén con mensaje, de didáctica, de obra de arte. Entendemos el belén como un conjunto de artesanía en los cuales se vincula la carpintería, la yesería, las artes plásticas, la policromía, el tallado, el modelado, el atrezo... Intervienen hasta fontaneros y electricistas y cada detalle como un pequeño saquito o una cestita es importantísimo porque le dan el toque a la escena. Todo es un conglomerado necesario. Es como si fuéramos pintando bodegones que juntos hacen un puzle. Una estampa en la que se trabaja todo con mimo y con detalle. Por ejemplo, Leticia Sánchez, conservadora de Patrimonio Nacional, nos decía que dotamos a las exposiciones de una atmósfera especial que te envuelve y te llega. Eso para nosotros es lo mejor.

-El coleccionista Antonio Basanta definía el belén como "expresión del homenaje al amor". ¿Qué significado tiene para La Morana?

-Para nosotros, aparte de ser la expresión plástica del Evangelio, nos dice mucho. El belén nos habla, nos dice mucho, nos llena de mensaje porque somos creyentes, somos cristianos y vemos en el Belén ese anticipo de la Navidad. Todo lo demás (las luces, los regalos, los niños, la gastronomía típica, la fiesta, los encuentros familiares) está muy bien. Pero nosotros entendemos que el mensaje de lo que se celebra realmente en Navidad, que es el nacimiento de Jesús, lo hace presente el belén cada vez que lo miras o mientras lo estás haciendo. La fraternidad que se crea en los talleres de La Morana mientras estamos preparando el belén es muy especial.

-¿Poner los belenes en el mes de octubre es avivar una tradición o desvirtuarla de sus fechas naturales?

-Cada vez que alguien piensa en la importancia de que Cristo naciera, de lo que significa el mensaje de la redención, de lo que es para nosotros la vida de Jesús, es Navidad. El momento en el que Jesús se hace hombre, es Navidad. Y cada vez que piensas en eso, es Navidad. Todo lo demás en invierno de fiestas, reencuentros, etcétera está muy bien pero es un envoltorio, un adorno.

-¿Cuánto tiempo ha llevado la organización del evento?

-El Congreso se anunció hace tres años y su confirmación hace dos. Hay cosas que se han estado preparando desde hace casi tres años. Es un engranaje complicado y sobre todo lento. Por ejemplo, el Belén Monumental que estrenamos este año en San Andrés se dibujó, se diseñó y se encargaron las figuras a José Luis Mayo Lebrija hace tres años para las diferentes escenas. Y hay algunas realmente preciosas.

-Precisamente entre las piezas que se expondrán en los nacimientos hasta el 14 de octubre, también hay joyas que vienen del Tirol o de Flandes.

-En el belén In Nativitate Domini que se ha instalado en la capilla del Cardenal de la Catedral viene del convento de la Laura de Valladolid, que luego pasó al monasterio Sancti Spiritus de Toro y que ahora nos lo cede para la exposición. Son figuras maravillosas, hay colecciones de mucho prestigio a nivel europeo. Vamos a poder disfrutar de los belenes antiguos, históricos y únicos de la provincia, en la cual siempre ha habido una tradición.

- ¿Desde cuándo?

-Hay textos del siglo XVII en los cuales se comenta la costumbre que hay en Zamora de ir visitando los belenes (antes los llamaban nacimientos). Se visitaba el nacimiento de la Catedral, de la iglesia Santa María la Nueva, del convento del Tránsito y de algunas casas particulares que abrían sus puertas a los visitantes. Por lo tanto la ruta del belén no es una idea nueva nuestra sino que ya se hacía, lo único que nosotros la hemos potenciado. Pero está claro que el trabajo que hemos hecho en todos estos años ha calado. Hay miles y miles de personas que visitan nuestros belenes cada Navidad y yo creo que con el Congreso Belenista la gente va a volver a echarse a la calle porque merece la pena ver estas maravillas.

- ¿Qué es lo más destacado del programa?

-Hasta el 14 de octubre daremos pinceladas y haremos distintos guiños a las tradiciones de la provincia. El sábado 13 Miguel Manzano impartirá una conferencia sobre "La pastorada leonesa" con la interpretación coral e instrumental del grupo Alollano. También hemos grabado un CD de villancicos tradicionales que los congresistas y todos los que asistan al concierto se van a llevar como recuerdo. Es decir, el belén se ve, se huele y también suena. Entra por los sentidos.

- ¿Qué se pretende con estas actividades?

-Queremos completar ese mosaico para que la gente sepa cómo se celebra la Navidad en Zamora: nuestros autos de Reyes, las corderas, el ramo de Navidad y todas esas costumbres tan bonitas que en algunos sitios se perdieron y que en Zamora tenemos la suerte de poder seguir manteniéndolas. Queremos que el público se impregne de esta tradición, ilusión y pasión por los belenes.

-¿Qué diferencia hay con el Congreso de 2005?

-Hemos aprendido muchas cosas, la calidad de los belenes la hemos mejorado muchísimo, la propia asociación es más grande, es mucho más dinámica y hay mucha más gente implicada. Hemos mejorado la puesta en escena del congreso con las sedes de las exposiciones y el programa. Además, muchas de las actividades están abiertas al público y son completamente gratuitas.

-¿Qué impacto turístico tiene en la ciudad?

-Vamos a conseguir enseñar Zamora de una forma especial desde el prisma y con el toque de La Morana. Va a haber obras de teatro, visitas teatralizadas y visitas guiadas especialmente preparadas para los congresistas. Vamos a intentar hacer llegar cómo es Zamora, cómo somos los zamoranos y cómo hacemos el belén.

-¿Es una tradición que va más allá de las creencias religiosas de cada uno?

-Sí, por supuesto. El belén es algo universal, uno se puede acercar al belén de muchas formas, a través de la historia, del patrimonio, de la didáctica, de la artesanía o de lo manual aparte de los sentimientos. A una persona le puede generar un sentimiento de afección y puede no ser un sentimiento religioso. Para nosotros lo es, pero no tiene por qué serlo. Hay gente que cuando ve un belén le recuerda su infancia, sus padres, hermanos?

-¿Cómo empezó usted?

- Precisamente por la familia. Siempre se ponía el nacimiento en casa, algo modesto, familiar. Es cierto que lo poníamos muy curioso pero aquello fue creciendo y los vecinos de la cuesta de La Morana iban a verlo. En la habitación ya no quedaba apenas espacio ni para abrir la puerta, por lo que a mi abuelo se le ocurrió la magnífica idea de trasladarlo a la carbonería, la parte de abajo de la casa. Se llamaba así porque tiempo atrás allí había habido una carbonería. Se abrió al público y aquello fue un poco la chispa de donde se fue conociendo un montón de gente, fuimos aglutinando sensibilidades en torno al belén y de ahí nació la Agrupación Belenista La Morana en 1999. Creo que hemos trabajado mucho y bien desde entonces. En la calle está el resultado del esfuerzo de este colectivo para que la tradición del belén en Zamora brille más si cabe cada Navidad.