Ecocultura afronta este domingo la tercera y última jornada de su decimoquinta edición. Durante el día de ayer, la filosofía "verde" volvió a invadir el recinto ferial Ifeza desde el color de la alfombra hasta el caracol mascota pasando incluso por un pequeño vergel.

A fin de inculcar el respeto por el medio ambiente desde niños, la zona infantil del recinto cuenta con un huerto donde los más pequeños no solo aprenden a diferenciar un puerro de una cebolla sino también a no acabar con los "bichitos" que campan por sus alrededores. "A través de unas lupas binoculares conocen los insectos auxiliares del huerto, que de alguna forma son nuestros amigos porque entre otras funciones, están controlando plagas o produciendo la polinización para que luego obtengamos los frutos", explica Carlos Tapia, uno de los organizadores de la actividad.

Modelar en barro los logotipos distintivos de agricultura ecológica, cultivar sus primeros guisantes o diseñar sus propios insectos con pinzas de tender la ropa y goma eva son otras de las tareas desempeñadas por estos menudos horticultores en los talleres de educación ambiental que se repitieron durante el día de ayer.

Simultáneamente, en la parte de arriba del pabellón acristalado, la sala de conferencias fue testigo de útiles ponencias como la impartida por Manuel Fernández Calderón, técnico del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl). Fernández Calderón abordó las pautas a seguir en el proceso de certificación de la producción ecológica, un sector en auge.

"Primero hay que estar convencido y creer en lo que va a hacer y luego los pasos son muy sencillos". Contactar con el Consejo de Agricultura Ecológica de Castilla y León (Caecyl) o con cualquiera de los organismos de control es el primero de ellos. Y, entre otros trámites, notificar el inicio de actividad a Caecyl es el siguiente. A partir de ahí, la duración del proceso de conversión es variable. "Depende del operador y del organismo de control, pero desde que se dan de alta pasan varios meses. El reglamento establece que para que un productor vegetal convencional se convierta a ecológico tiene que pasar un tiempo mínimo para que los suelos se limpien de esas posibles sustancias no autorizadas en producción ecológica. Por ejemplo, el de zanahorias o cebollas es de dos años y el de un cultivo perenne o leñoso como puede ser una vid o un almendro en tres". No obstante, pese al papeleo y al tiempo de transición, desde el Instituto Tecnológico Agrario lo tienen claro: "Los beneficios de la producción ecológica son muy amplios y principalmente residen en que el producto que se pone en el mercado tiene un mayor valor añadido que el convencional. Está creciendo muchísimo. De hecho, es el único sector que ha crecido a doble dígito en los últimos años. España ya está entre los diez países europeos que más consume. Y Zamora ha sido siempre la primera provincia a nivel de superficie y de productores en Castilla y León, aunque es cierto que el pasado año Valladolid le superó en unas 2.000 hectáreas pero el número de operadores está muy igualado".

Por su parte, Alipio Muñiz de Gorostiza, presidente de la Red de Economía Alternativa y Solidaria de Castilla y León (Reascyl), ahondó en los beneficios de la red para incrementar las ventas. "Internet es cada vez más accesible desde nuestros smartphones y esto puede ayudar a hacer más atractivos nuestros productos y a abrir una nueva puerta para tu empresa (...) Lo que haces con cariño para lo local, te sirve para lo global".

La feria internacional, que este año cuenta con más de un centenar de productores españoles, portugueses y alemanes, cerrará hoy sus puertas con una conferencia sobre cambio climático, el concierto de Fetén, Fetén o la celebración de la primera "Ecocarrera" popular por la campa exterior del recinto y alrededores. Además, antes de su clausura, se dará a conocer el nombre del ganador de una gran cesta de productos ecológicos como obsequio por la fidelidad de los clientes durante estos quince años de vida de Ecocultura.