Un total de 185 reacciones adversas y 688 errores de medicación. Es el balance de funcionamiento de la red de farmacias centinela de Castilla y León, 22 de ellas situadas en la provincia de Zamora, desde su puesta en marcha en septiembre de 2015, una actividad relevante que viene a reforzar la seguridad del medicamento. El éxito en el funcionamiento de esta red ha propiciado que su presencia aumente exponencialmente en Castilla y León, de manera que ahora son un total de 170 las oficinas de farmacia distribuidas por la Comunidad que ejercen la labor de farmacovigilancia.

Esta red nació con el objetivo de "blindar" la seguridad de los fármacos a través de la detección y registro de todo tipo de problemas vinculados a la medicación. Las anomalías que detectan estas farmacias tienen un impacto directo en la población, explicaron fuentes del Consejo. De hecho, las reacciones adversas implican que un paciente ha tenido una consecuencia clínica por el uso de un medicamento.

Una señal

El objetivo de esta notificación es que el Centro de Farmacovigilancia de Castilla y León (dependiente de la Junta de Castilla y León) pueda establecer una señal que permita añadir si fuera necesario dicho episodio a la ficha técnica del medicamento. Algunas de las reacciones adversas detectadas tienen potencial de generar señales de farmacovigilancia, al ser reacciones adversas graves y desconocidas. Por ejemplo, una coroidopatía tras un tratamiento con una estatina; o una hipertrofia prostática en un paciente tratado con un antiagregante. En el caso de los errores de medicación, engloban distintos episodios: desde interacciones con otros fármacos, a mal uso del medicamento por parte del paciente o fármacos que generan confusión con otros por sus similitudes fonéticas.