Natalia Sánchez

Con la sencillez y cercanía que le caracteriza, el músico Miguel Manzano repasa la génesis y difusión de "Salmos para el pueblo", un trabajo que revolucionó la música religiosa y de cuya publicación se cumplen 50 años.

-¿Cómo surge su interés por poner música a los salmos?

-El breviario, que es el libro de rezos diarios, recoge los 150 salmos distribuidos en los siete días de la semana, con lo cual a los dos años de sacerdocio te lo sabías. Con el Concilio Vaticano II nos cambiaron el rezo de latín a la lengua vernácula. En castellano teníamos la traducción que hizo Alonso Schoëkel, un jesuita especializado en poesía hebrea que dotó de ritmo esas palabras. Los propios textos pedían que se les hiciera una música. Empecé a ponerles música en 1965. Previamente fui ensayando otras fórmulas para ver si se podía ir introduciendo músicas en castellano y un buen día probé a cantar uno de los salmos con la guitarra. Por aquel entonces yo trabajaba con gentes cristianas con las que tenía muchas reuniones para aplicar el Concilio, gentes comprometidas que querían unir la creencia con la vida. En las reuniones de esos grupos fuimos probando estas canciones que no tenían nada que ver con el órgano y la Catedral, donde por entonces era el organista.

-Y ¿cuál fue la acogida a esas primeras canciones?

-Durante unos tres años estuvieron rodando y siendo cantadas. En más de una ocasión me llamaban de Madrid, del Instituto de Pastoral, preguntándome que si tenía más y me pedían que fuera con la guitarra a cantarlas (risas). Las entonamos en muchas reuniones en las que participaba en Madrid, en Sevilla o Murcia, entre otros lugares. Hasta entonces en los encuentros se cantaban temas como el himno de Acción Católica, que tenían tanto de militar como de religioso. Sin embargo, estas canciones no iban en esa línea. Estas canciones son la Biblia, es la oración de 20 siglos en latín hecha canción. Son textos de una gran sobriedad.

-Eran tiempos de muchos cambios en el seno de la Iglesia. Dentro de la institución ¿cómo sentaron estas composiciones?

-Dentro del clero había dos tipos, como los ha seguido habiendo, aquellos que se resistían a las reformas y los que antes ya habían empezado a unir la fe con la vida. Estas canciones no dicen ninguna tontería. Si tú dices "Alma mía recobra tu calma" te vale para multitud de circunstancias de la vida. Además, como yo iba con la guitarra a todos los sitios la gente las iba cantando y empezaron a hacerse grabaciones caseras, por lo que cuando llegó el disco era muy esperado.

-¿De qué manera se lo propusieron?

-Yo componía desde que estaba en el Seminario, donde fui organista y encargado de música y ya experimenté con miedo con algunas canciones y funcionaban. La firma era PPC y a ella se unió una empresa discográfica, Discoteca Pax. Como ya les había hecho algún trabajo, como temas de espirituales negros, y conocedores de la excelente acogida que estaban teniendo mis canciones, vinieron un día a verme. Recuerdo que les dije que los cantos estaban hecho, pero de ahí a que estuvieran preparados para una edición de un disco? iba mucho trecho. Para su grabación puse la condición de que se hiciera como un par de discos que se habían hecho cuando estuve estudiando en París. Creo que fueron cláusulas duras porque tenían que hacer un arreglo instrumental conforme a las armonías que yo les iba a dar. Respetaron las condiciones que les impuse y a mayores metieron 40 músicos. El primer disco está grabado con una instrumentación profana porque se utilizaron instrumentos rítmicos como batería, de viento, de cuerda, aunque menos? lo que hace que sea una canción profana con un sentido religioso que se lo otorga la melodía.

-¿La coral que las interpretó la eligió usted o ellos?

-Fueron ellos, pero me consultaron. Fuimos hasta Falces a escuchar en vivo al coro. Inicialmente no me convenció porque cantaban los salmos de forma muy sosa. Les pedí una guitarra y me puse a cantar con gran ritmo. Los prepararon para hacerlo de esa manera y grabaron en Madrid en un estudio. Tenían preparado a un hombre para que hiciera los solos masculinos, pero a mí no me convencía. Finalmente le dije al arreglista que lo hacía yo. Quería que saliera bien, había que cantar bien cada una de las frases de los salmos.

-Se edita y sale en España...

-Y fue un bombazo. Cada dos por tres había que hacer nuevas ediciones, ¡ni sé cuántas se hicieron! Yo lo que más vendí fue el folleto con las partituras. El maestro Felipe Blanco me había indicado que hiciera un libro con las partituras y que lo editara. Yo entonces tenía 34 años y era un inexperto de provincias (se sonríe). La extraordinaria respuesta de la gente hizo que me diera cuenta de que por fin se reconocía el mérito que tenía la renovación y el sonar de otra manera y el cantar con instrumentos tanto en las iglesias como en reuniones.

-Pero esa recepción magnífica no solo tuvo lugar en España.

-En hispanoamérica se difundió mucho antes porque en el Instituto de Pastoral de Madrid, donde acudí en muchas ocasiones, si había 200 alumnos más de la mitad eran de América Latina.

-En la divulgación del trabajo jugó un papel importante Demetrio Madrid.

-Cuando dejé mi puesto de organista en la Catedral, fui párroco de Sanzoles y el obispo también me nombró encargado de los Hombres Obreros, del HOAC, Hombres Obreros de Acción Católica. Estas tareas las compaginé con un empleo en la cooperativa textil, que dirigía Demetrio Madrid, donde era mozo de almacén. Durante ese tiempo mandé hacer los libros con las partituras y se llenó la casa de paquetes que no sabía qué hacer con ellos. Le pedí a Demetrio que me ayudara porque estaba sobrepasado. No sabía como venderlos. Enseguida él pensó cómo se podían encargar desde aquí o cómo se podía mandar a la editorial, pues yo no tenía ni idea. En quince días las cajas volaban? y había que pedir más? si no hubiera sido por Demetrio seguro que me hubieran engañado.

-Tras el primer disco de salmos hubo más. Con el segundo hubo problemas.

-El segundo se llama "Esperanzas y lágrimas". En el primero no existía ningún problema con los textos, pero yo me dije que había que cantar salmos con un contenido más social. "Dios juzga al poderoso injusto" o "Despierta Señor y juzga la tierra, tu que eres el dueño de todos los pueblos, que vean los pueblos que no estás dormido porque haces justicia a favor de los pobres" son fragmentos de salmos que no gustaron a la censura en tiempos del ministro Fraga Iribarne. Autorizaron su salida, pero con la condición de no hacer publicidad del trabajo. Este álbum quedó en terreno de nadie. Como tardó tanto en publicarse, durante ese tiempo ediciones Paulinas contactó conmigo y puse música a poemas de José Antonio Olivar que se materializaron en "Aquí, en la tierra" donde colaboraron los hermanos Pedro y Javier Iturralde, dos increíbles jazzistas. Luego vino "El mundo es mi casa" para mí es el mejor disco.

-¿Por qué?

-Porque son textos completamente cristianos comprometidos y poéticos. Víctor Chamorro y yo le dimos muchas vueltas a hacer un disco con canciones que tuvieran todo el contenido de las virtudes sociales que recomienda el Evangelio y la Biblia, pero que no se nombrara a Dios para que lo pudiera cantar toda la gente y que, a mayores, se sintieran identificados. De ese disco se vendieron un par de ediciones y los Paulinos, que lo sacaron, le dieron más apoyo a "Aquí, en la tierra" que a "El mundo es mi casa".

-Cinco décadas después estas canciones siguen escuchándose en las celebraciones religiosas y forman parte de la memoria colectiva de muchas y muchas generaciones. ¿Por qué?

-El éxito de una música, sin duda, depende de que esté bien hecha y de que guste o no. En el caso de los salmos pesa el texto porque tiene un contenido que un creyente necesita para su vida. La melodía está claro que es acertada porque sino, no se cantaría. Pones el nombre de muchos salmos y de canciones de estos discos en Youtube y salen cientos de versiones diferentes. Hasta los salmos se han utilizado como marchas para Semana Santa. Por internet te topas con grabaciones de gentes muy humildes que incluso en garajes se graban cantante "¡Qué alegría cuando me dijeron!". Se trata de canciones con conceptos que no son perecederos.

- Y que incluso se han cantado en otros idiomas.

-Se hizo una versión al portugués, muy pronto, y en Estados Unidos suenan gracias a la gente de origen latino que las entonan. Desconozco si se han hecho traducciones al inglés pero casi seguro que las haya. En una ocasión, mi amigo el escritor y editor durante décadas de Planeta, Virgilio Ortega, bajándose de un avión en el aeropuerto de Moscú se topó con un grupo de chicas norteamericanas que estaban cantando "¡Qué alegría cuando me dijeron!" y me llamó para decírmelo y todavía pude escuchar las voces.

-¿Estas canciones le siguen dando alegrías?

-Sí. He recibido la llamada de la persona encargada de la música en la Jornada Mundial de la Juventud que se va a celebrar en Panamá en enero. Me comentó que ya cuentan con un himno, que habían remitido a Francisco y éste les ha dicho que quiere ese, pero allí quiere oír "Desde lo hondo a ti grito Señor" y "¡Qué alegría cuando me dijeron!". Esta persona de la Conferencia Episcopal de Panamá quería que el remitiera los arreglos armónicos de las dos obras. Le he mandado las partituras con armonía para que quien haga el arreglo no efectúe un disparate. Para mí, sin duda, es una alegría que el papa pida mis canciones, señal de que es buena música y buen texto. También cantaron algunas de mis canciones religiosas en el entierro de monseñor Romero en El Salvador. Además, esta primavera viví un momento emocionante con mi familia.

-Compártalo.

-Estábamos en la Peña de Francia, vimos a lo lejos una procesión porque era el día del Corpus. Estábamos al lado de una ermita y de repente, cuando se acerca la procesión, el sacerdote comenzó a cantar "Con vosotros está". Me emocionó mucho y luego a las señoras del pueblo les pedí que le comentaran al sacerdote que me había gustado mucho que cantaran esa canción dado que yo soy su autor. Las mujeres se emocionaron tanto que no sabían ni qué regalarnos, nos dieron todos los ramos de flores que tenían en la ermita. (Se emociona mientras que lo rememora)

-Además de estas canciones a usted se le deben otras melodías que se utilizan en las eucaristias.

-Entre los años 1968 y 1972 fui consultor del Episcopado Español en la especialidad de música popular religiosa en la etapa de la aplicación de la reforma del Concilio Vaticano II. En una ocasión nos llamaron a Ismael Fernández de la Cuesta y a mí porque habían traducido del latín las partes de la misa, frases como "el Señor esté con vosotros" y estuvimos probándolas para ver si funcionaban. Con posterioridad desde la Conferencia Episcopal me encargaron el salmo que se canta entre la epístola y el Evangelio. Esa labor protolitúrgica que era pasar al castellano las partes que no son oraciones fue una etapa previa a todos estos discos y eran piezas que tenían más reminiscencias con el gregoriano.

-Tras estos trabajos usted se volcó en una ingente labor de recopilación de la música tradicional. Desde la distancia ¿qué opinión le merece la música religiosa que ahora mismo se está haciendo?

-Con Alollano seguimos cantando algunos temas religiosos. Hemos hecho la Pastorada leones y canciones de ciclo litúrgico de Cuaresma, Semana Santa y Pascua de Resurrección. "De las cenizas del Miércoles a la Pascua Florida" que se estrenó en el IV Congreso de Hermandades y Cofradías de la Vera Cruz y la XXV peregrinación de hermandades y cofradías de la Vera Cruz en septiembre de 2008, que recuperaba las canciones antiguas más dignas. Escucho mucha música por la radio y la poca música religiosa que conozco creo que tiene detrás muy poco oficio en los que hacen canciones para la Iglesia. Hacen lo mismo que los cantantes de canción ligera que tienen una ocurrencia y comienzan a repetirla y repetirla y con un par de acordes componen una canción o bien se meten a crear temas de tipo místico. De las dos cosas he oído. La música de iglesia, en mi opinión, va por malos caminos porque falta seriedad a la hora de cantar y de seleccionar lo que se entona.

-¿Qué estima que debería hacerse?

-Debería volver a cantarse la Biblia. Los salmos se pueden cantar, pero también se pueden hacer canciones del tipo de las publicadas en "Aquí, en la tierra" que demuestren un compromiso cristiano y social, aunque no sean directamente palabras de la Biblia. No debe de olvidarse que la música es otra forma de evangelizar. A este respecto en la Iglesia protestante tenemos el ejemplo de una gran cantidad de canciones que hay en alemán para corales con una gran hondura.

-Este fin de semana han comenzado los actos capitaneados por Alollano para conmemorar el medio siglo de la publicación de los Salmos, ha comenzado unas jornadas que, en el fondo, homenajean su trabajo.

-Es doblemente satisfactorio. Ya me han hecho distinciones en la ciudad, pero esta viene de casa y lo valoro mucho. (Hace una pausa). Han preparado muchas actividades a lo largo de octubre con las que se va a demostrar que estas canciones las canta todo el mundo y de mil maneras. Hoy tiene lugar un concierto en San Andrés (a partir de las 18.30 horas) con participación de distintos coros o bien a final de mes habrá unas charlas y un concierto en la Catedral. Además, me han dicho que habrá una serie de actos en el Conservatorio Profesional de Música y conferencias fuera de Zamora.