De los baños compartidos con hombres por mujeres de la primera promoción a los avances dados para implantar un plan de igualdad en el Cuerpo, la Guardia Civil ha evolucionado en los 30 años que se cumplen del acceso a la mujer en consonancia con la evolución de la sociedad en tres décadas.

Esta idea la comparten con EFE una de las mujeres de la primera promoción, María Jesús Diego, encargada de la oficina de atención al ciudadano de la Comandancia de Zamora, y la vocal del comité para la igualdad efectiva de mujeres y hombres en la Guardia Civil, la teniente Isabel García.

María Jesús Diego rememora cómo, tras el periodo de formación en la academia de Baeza, su primer destino fue el cuartel de Palafrugell (Gerona), donde era la única mujer y los primeros meses tuvo que "ocupar una habitación del pabellón de solteros y compartir baño con ellos".

Otro reflejo de la improvisación con la que en algunos aspectos se produjo la entrada de la mujer fue el uniforme, con algunas prendas hechas a medida de hombres y otras nada prácticas para el servicio, como una falda pantalón y unos zapatos de tacón de salón con los que era casi imposible perseguir a delincuentes huidizos.

En algunos casos también fue necesario luchar contra estereotipos y mentalidades ancladas en el pasado o que tenían una figura paternalista de la mujer en la Guardia Civil.

En este sentido la teniente Isabel García, con 25 años en el Cuerpo, ha recordado que en su primer destino en Lumbrales (Salamanca) algún mando no era partidario de que salieran a patrullar dos mujeres juntas o que ellas acudieran si había que intervenir en una pelea o un altercado.

La imagen del Cuerpo se ha modernizado con el paso del tiempo y a la vez se ha ido avanzando en igualdad con medidas como la creación en 2014 del comité para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, un órgano estatal integrado por vocales de la Administración y de las asociaciones de guardias civiles.

Isabel García, integrante de ese órgano por la Unión de Oficiales, ha explicado que a través del comité canalizan los problemas que encuentran para la igualdad real y las inquietudes que se plantean en el Cuerpo en temas como la conciliación de vida familiar y laboral.

La actuación más reciente del comité ha sido elaborar un diagnóstico de la situación de la mujer en el instituto armado que va a servir de base de cara al próximo objetivo: elaborar un plan de igualdad propio de la Guardia Civil.

También se han dado pasos en materia de conciliación, ya que desde el año pasado se da preferencia a la reagrupación familiar de matrimonios de guardias civiles con hijos menores de 12 años.

Aún así, Isabel García es muy consciente de que aún faltan progresos, ya que mientras ella es jefa del Seprona en Zamora su marido, también guardia civil, está destinado en otra provincia.

De conciliación de vida familiar y laboral atesora aún más experiencia María Jesús Diego, que además de ser de la primera promoción de mujeres que en 1988 accedió al Cuerpo, es hija de guardia civil, tiene una hermana que también viste el uniforme y está casada igualmente con un miembro del instituto armado.

Esta agente ha indicado que "ya nadie se extraña de ver a una mujer guardia civil en la calle", aunque para determinados puestos, como el que ella ocupa al frente de la oficina de atención al ciudadano, hay víctimas como las de violencia machista que agradecen que sea una mujer la que recoja su denuncia