El 17% de los zamoranos, casi uno de cada cinco, cuenta con un plan de pensiones privado que complementará la prestación pública que reciban una vez finalice su vida laboral. Así lo refleja el Observatorio de Inverco -Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones- elaborado con datos a fecha del 31 de diciembre del año pasado. En Zamora hay 31.468 planes de pensiones, una cifra que representa un porcentaje superior a la media del país aunque más bajo que el dato de la comunidad autónoma. El patrimonio medio en cada plan de pensiones aumenta hasta los 9.534 euros, lo que eleva el total ahorrado en esta modalidad a más de trescientos millones de euros en la provincia de Zamora.

Los datos llegan en pleno debate sobre el futuro y la sostenibilidad del sistema público de pensiones. El lunes, sin ir más lejos, las asociaciones de pensionistas se manifestaron en la capital centrando sus reclamaciones en la situación de pobreza energética que se vive en muchos hogares de la provincia. Los jubilados recordaron que la pensión media en Zamora está entre las más bajas del país y pidieron mejoras con la Ley de Dependencia o en materias relacionadas con el copago sanitario. Con unos datos de pensiones tan bajos no es de extrañar que casi uno de cada diez zamoranos recurran a planes privados para complementar la paga a percibir una vez se alcanza la edad de retiro laboral.

Por si fuera poco, las últimas estadísticas del Instituto Nacional de la Seguridad Social por lo que refiere a pensiones en la provincia de Zamora vienen a subrayar que la situación es, como se indicaba, muy delicada. En la provincia más de 44% de los perceptores de una pensión pública percibe lo mínimo que marca la ley. Los datos son también relativos al 31 de diciembre del año pasado e indican que 22.035 pensionistas de Zamora -no solo jubilados, también perceptores de pagas por incapacidad, orfandad y otros supuestos- ingresan lo mínimo permitido. En España el porcentaje de pensionistas que cobra la paga mínima es del 25%, veinte puntos por debajo del dato de Zamora.

Por tipos de prestación, son los trabajadores autónomos los que más "padecen" las prestaciones mínimas de jubilación. Más de doce mil trabajadores por cuenta propia tiene los ingresos más bajos que marca la ley una vez abandonada su vida laboral, cerca del sesenta por ciento del total. La explicación hay que buscarla, evidentemente, en las bajas cotizaciones. Son numerosos los trabajadores autónomos que cotizan por el mínimo exigido por la ley, lo que lógicamente rebaja las cotizaciones sociales a las que tienen derecho cuando abandonan su etapa activa. Los trabajadores del régimen general que, una vez retirados, cobran la pensión mínima, es de poco más del treinta y cinco por ciento. La diferencia entre autónomos y asalariados es abultada.

La pensión mínima varía dependiendo del solicitante en cuestión. Las tablas de este ejercicio indican que un jubilado con 65 o más años percibirá, si tiene cónyuge a su cargo, un mínimo de 810,60 euros. Si no tiene pareja la cantidad baja hasta los 656 euros, mientras que si el cónyuge no depende del pensionista la paga mínima no rebajará los 623 euros. Para un titular jubilado menor de 65 años con cónyuge a su cargo la paga mínima es de 759 euros, mientras que la pensión de jubilación procedente de gran invalidez no caerá por debajo de los 1.215 euros siempre y cuando la pareja del pensionista también dependa de este ingreso. Las mínimas más bajas son las pensiones de orfandad y en favor de familiares, establecidas ambas en 200,70 euros mensuales según la información del Ministerio de Trabajo.