El especialista en León Felipe, José Ángel Ascunce, cerró ayer el ciclo de conferencias dedicadas al poeta en el Museo Etnográfico de Castilla y León. Su intervención giró en torno a la religiosidad y el profetismo en la obra del autor nacido en Tábara.

-¿Cómo llega usted a interesarse por la poética de León Felipe?

-Hay mucho debate sobre la calidad o no calidad de León Felipe, pero lo que no se puede negar es que es una poesía impactante que te gana totalmente. Eso fue lo que sucedió a mí. Cuando era estudiante de Filología en el segundo curso un profesor de crítica literaria nos trajo un poema de León Felipe, un poeta desconocido para nosotros porque en aquella época, en los 60, era un autor prohibido. Cuando lo leí por primera vez me prometí que la tesis doctoral la iba a realizar sobre este poeta y así lo hice. Creo que mi estudio fue la segunda tesis doctoral que se hizo sobre León Felipe y quizá la cuarta o quinta en el mundo. Cuando estudias la poesía de León Felipe uno de los aspectos que te llaman la atención es el todo el calado bíblico que tiene y con ello se relaciona la religiosidad y el profetismo.

-¿Qué nos puede decir de esa religiosidad?

-No es un defensor acérrimo de los códigos del catolicismo con sus ritos y sus dogmas. Es una religiosidad heterodoxa que se acerca mucho más al cristianismo liberal protestante que al catolicismo. Lo que sucede es que anda zigzagueando continuamente entre uno y otro en función de la situación emocional del poeta. Él tiene una doctrina, pero la realidad le dicta otras cosas de tal forma que se revela unas veces contra el hombre y otras veces contra Dios. Es un hombre airado por las circunstancias y en esa ira descansa toda su religiosidad.

-¿Por qué su fijación con las Sagradas Escrituras?

-León Felipe es un hombre que ha crecido en una sociedad con una carga religiosa tanto en la escuela, la iglesia y la familia. El ser republicano no implica necesariamente que se sea ateo. El poeta zamorano es muy emotivo y lo que siente le cala de tal manera que lo va a decir. Primero cuando está preso por desfalco tiene tiempo para pensar y para leer. Tiene sus primeros contactos serios con la Biblia, pero cuando realmente asume esa categoría profética y bíblica es cuando termina la Guerra Civil en 1939.

-Concrétenos.

-León Felipe, como miles y miles de españoles, tienen que emigrar a un exilio forzoso. En aquel momento realiza una identificación plena del exilio de la España peregrina con el exilio del pueblo israelita. El exilio del pueblo israelita tiene un determinante que es la presencia de los profetas. Gracias a ellos ese pueblo mantuvo la llama de su identidad y comprendió su origen, su destino... la verdad de un pueblo, aunque estuviera en el desierto. León Felipe asume esta categoría. Como poeta se siente como un profeta que tiene que hablar al pueblo del éxodo y del llanto a los españoles de la España peregrina para indicarles la verdad de la contienda civil, el sentido de una derrota y el destino del español y del hombre.

-¿En la poética del zamorano se produce una identificación entre Cristo y España?

-Sí. Cristo viene a ser mito antológico para León Felipe porque Cristo representa al Dios que se hizo hombre para que el hombre pudiera llegar a ser Dios, pero al mismo tiempo es el ser crucificado. En la mentalidad de León Felipe, España es el ser crucificado tanto por la Iglesia como por los militares. Existe una identificación plena en su poética entre Cristo y España.

-La resurrección también aparece en su producción.

-Se trata de un punto fundamental, pero tratada desde una perspectiva muy poética. Él nunca utiliza el término resurrección, pero sí emplea los conceptos de renovación, de transformación? Cuando en su poesía está hablando de luz, de sol u otras veces de amor? está hablando de la divinidad. El hombre realmente se hará cuando sea capaz de transformar el mundo y a sí mismo en un ser de perfección y entonces alcance las cotas de la felicidad y del amor que lo representan por excelencia Dios.

-Alude a que Felipe Camino Galicia identifica el exilio español con el exilio israelita donde los profetas tuvieron una capital importancia. ¿El mito de don Quijote, tan presente en la obra del autor, sería uno de los "profetas" de España?

-Sí. Don Quijote tiene dos momentos de presencia importante en la vida de León Felipe. El primero será en la cárcel, donde tiene todo el tiempo del mundo, lee el Quijote y le cautiva. Años más tarde, será profesor en la universidad norteamericana de Cornell donde imparte clases de Literatura Española. En este marco tiene que hablar de los autores y dedica especial atención al Quijote. Enseñándoles a ese auditorio de alumnos penetra, comprende y asimila todo su mensaje. Don Quijote es un mito, es una conducta ejemplar que nos enseña qué tenemos que hacer y a dónde tenemos que ir. Una de las preguntas permanentes de León Felipe es quién soy yo. Don Quijote le revela qué es lo que puede ser, qué es lo que puede hacer y a dónde puede ir. Es el idealismo heroico y la entrega.

-Poetas afines al régimen hablaban del Cid, de la Reconquista e incluso del Quijote. ¿Su asunción del mito del Quijote es como respuesta a ese movimiento?

-No. Se da como respuesta, pero no nace como respuesta. Se trata de una versión muy distinta.

-La temática religiosa la trabaja en dos momentos muy distintos de su vida. ¿Ese cambio se observa en su poética?

-Sí. A partir del segundo libro fluctúa, pero siempre alrededor de unas ideas fijas. Por la vía de la afirmación o por la vía de la negación o como él decía con la oración o la blasfemia lo que busca siempre es lo mismo. No obstante, el estilo es muy distinto cuando uno reza que cuando uno chilla.

-¿Cuándo predomina más ese grito?

-La peor poesía desde un punto de vista estético es la poesía de la guerra. Cuando tiene que amoldar su poesía a las circunstancias bélicas hace una poesía donde tiene lugar la exhortación. Estéticamente es una nulidad, pero sociológicamente se aprecia hasta qué punto la Guerra Civil determina el desgarro emocional de un hombre y la verdad de un pueblo. Incluso a esta poesía de guerra y combate le otorga un sentido religioso. Este poeta nunca puede marginar la categoría religiosa de su poesía.

-La simbología ¿qué importancia tiene en León Felipe?

-Otro de los elementos de su poesía religiosa es su simbología arquetípica. Recurre a unos símbolos universales entendibles para amplias capas de la humanidad. Es un lector que se identifica con el lenguaje de la Biblia y que está pensando en los españoles del éxodo por lo que recurre a un lenguaje que les pueda impactar y que pueda llegar a ellos. Hoy en día hablar de religiosidad no está bien visto, pero es clave y fundamental para comprender a León Felipe. Quien no toque este tema difícilmente puede entender la poesía de León Felipe que si por algo destaca es por su compromiso con la verdad. León Felipe, por las circunstancias vitales, está en un constante zigzagueo doctrinal porque es un poeta comprometido con la verdad.