La restauración del retablo de la Virgen de las Espadas, que se encuentra en la capilla de Nuestra Madre en la iglesia San Vicente, ha comenzado tras meses de preparación y tras contar desde el mes de julio con el beneplácito de la comisión territorial de patrimonio.

La intervención, autorizada en la última asamblea general de la cofradía de Nuestra Madre de las Angustia, pretende devolver a su estado original la pieza, dado que una serie de catas han demostrado que el estuco está policromado y encalado por encima.

Los trabajos conllevan "un trabajo minucioso y laborioso, pero los técnicos creen que detrás existe un retablo sorprendente" expresa la presidenta de Nuestra Madre, Isabel García Prieto. La mejora obliga "por seguridad" al cierre de la capilla de Nuestra Madre durante el tiempo que duren las tareas, previsiblemente hasta el mes de diciembre.

La cofradía espera poder presentar el retablo públicamente el último mes del año, un período en el que la hermandad lleva a cabo muchas actividades en su capilla. En ella montan un nacimiento o efectúan iniciativas orientadas a los niños.

La actuación en el retablo, que presenta dos hornacinas, la central que habitualmente alberga a la imagen de la Virgen de las Espadas, y la otra, una talla de Santa Bárbara, la sufraga enteramente la Cofradía de Nuestra Madre.