"Fue un impulsor de la cultura en Zamora y tras la salida de la política de Miguel (Gamazo) la cultura en Zamora se ha resentido mucho". Así de taxativo se mostraba ayer el pintor Antonio Pedrero al hablar del fallecido Miguel Gamazo Pelaz, quien fue procurador en Cortes entre los años 1971 a 1977, mismo período en el que ocupó el cargo de alcalde en la ciudad, un puesto desde el que impulsó la celebración de la desaparecida Bienal de la Pintura y la creación de una comisión de festejos que, con escasos fondos, organizó el primer festival de flamenco, la Feria de la Cerámica o la reorganización de la Feria del Ajo.

El escultor Tomás Crespo Rivera trae a la memoria aquella comisión que "estaba integrada por gente independiente, muy distinta y entusiasta que hizo posible las galas en el Castillo (con la presencia de Raphael o Miguel Ríos)". El artista estima que este abogado que recibió la Orden Civil de Alfonso X el Sabio concedida al mérito cultural, "era un hombre muy entrañable y muy culto, refinado en educación y en trato. Atesoraba una gran cultura y por eso su mandato en la Alcaldía se reflejó en la cultura. Era una persona poco corriente dentro de los políticos o gentes que hayan ocupado cargos públicos", concluye Crespo Rivera.

Como jurista preparado y un hombre de literatura y de pintura lo describe el historiador Miguel Ángel Mateos, quien remarca que "fue un hombre al que Zamora tiene que recordar porque las cosas de la cultura nunca le fueron ajenas y quizá no le ha dado la valoración que mereció".

Y es que Miguel Gamazo creó la Bienal de Pintura en 1971, para luego ser jurado en tres ediciones e incluso comisario en las citas de 1996 y de 1998. A este respecto el antiguo alcalde socialista Ángel Luis Calvo comparte que "en una de las bienales de pintura emitió una opinión que me pareció interesante (Gamazo era crítico de arte) y le propuse ser el siguiente comisario con un alcalde socialista y tras pensárselo aceptó. Las expectativas que se crearon se cumplieron a la perfección". "Ha sido la persona con representación política con más criterio artístico que ha tenido la ciudad de Zamora", afirma el antiguo político que añade: "Era un hombre con el que se podía hablar absolutamente de todo. Yo incluso hablé con él de política porque era tolerante".

Con el IX Centenario del Cerco de Zamora, en 1972, echó a andar las Jornadas de Viejas Músicas, una actividad que "aficionó a la gente a la música al igual que la bienal despertó el interés por las exposiciones" opina el profesor Mateos. "Era un hombre que estaba al día de crítica literaria y de cuestiones relacionadas con el arte", puntualiza el que fuera presidente del Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo del que Miguel Gamazo fue socio fundador y vicepresidente durante 17 años, un trabajo que le conllevo "muchas satisfacciones", entre otras la puesta en marcha de un sistema de becas o la publicación de una cuidada edición facsímil del poemario "Alianza y condena" de su amigo Claudio Rodríguez, tal y como el fallecido mencionada en una entrevista concedida el año pasado a este diario con motivo del homenaje y la exposición que protagonizó en el Museo Etnográfico de Castilla y León.

La poesía fue otra de las artes que Gamazo mimó desde distintas vertientes. En su esfera privada, escribió versos desde su adolescencia que le supusieron reconocimientos y era gran lector de poética, mientras que desde la esfera pública organizó el Premio Bienal de Poesía "Ciudad de Zamora" que años después desembocaría en el actual Premio Internacional de Poesía Claudio Rodríguez.

"Fue un buen poeta, pero para mí ha sido una persona importante dentro del IEZ Florián de Ocampo pues desde la vicepresidencia apoyó muchas propuestas culturales e que hizo mucho por la cultura en Zamora en una época muy dura pero, sobre todo, era un hombre con una mentalidad abierta y democrática con una enorme una sensibilidad artística y un buen amigo", señala el poeta Jesús Losada. Zamora pierde a uno de sus grandes mecenas cultural, es el sentir general.