El nuevo Museo de la Semana Santa de Zamora será un edificio que se adapta a la intrincada forma de los solares disponibles, con fachada neutra en piedra de Zamora y un interior realizado en hormigón encofrado y tintado de color claro (parecido al que se ve en el Museo Provincial), que tendrá un itinerario sencillo, de norte a sur y de este a oeste, en el que se irán colocando los pasos en pequeños aposentos a modo de "capillas" y en dos plantas, de forma que se puedan contemplar desde varios puntos de vista. Así se puede resumir la idea ganadora del concurso convocado por la Junta pro Semana Santa para el proyecto del nuevo Museo, que ayer presentaron en el salón de actos sus autores, Beatriz Matos Castaño, Néstor Montenegro Mateos, Alberto Martínez Castillo y Antoni Gelabert Amengual, los dos primeros con ascendencia zamorana y encargados de explicar los pormenores de su idea.

El proyecto constructivo se ajustará a las directrices marcadas por el proyecto museográfico de Enrique Bonet, con el fin de que todo el conjunto esté coordinado cuando culminen las obras.

El primer problema era encajar el edificio, de dos plantas y sótano, a una zona con un importante patrimonio histórico, con las referencias de Santa María La Nueva y la Muralla y se ha resuelto mediante un edificio en piedra de Zamora sin ventanas. "Tenemos que intentar integrar una arquitectura contemporánea, estamos en el siglo XXI y no puede ser de otra forma, en un contexto histórico de altísimo valor. Hemos trabajado con unos elementos de piedra. Unos muros de piedra de Zamora que queremos que sean como neutros, con un tratamiento que de alguna manera vuelque todo el valor del espacio expositivo en el interior del edificio", señalaron los arquitectos.

El interior se basa en los ejes paralelo y perpendicular a Santa María La Nueva "con circulaciones muy claras" a partir de las cuales se generan "una especie de capillas, espacios singulares para cada una de los grupos escultóricos que van a mostrarse".

El Museo tiene previstos los espacios para que las piezas puedan salir en las procesiones, y para ello tanto las alturas como los pasillos o las puertas estarán diseñadas para que los grupos se puedan mover por el interior del edificio. Un montacargas permitirá bajar a la planta suelo los pasos del primer piso. La mayor parte de las imágenes estarán iluminadas con "luz cenital", con lo que "ayudamos a que las piezas expuestas tengan mayor dramatismo". Los grupos se podrán ver tanto desde la planta baja como desde la primera, lo que permite observarlos desde varios ángulos.

La puerta principal estará donde se encuentra actualmente, si bien la calle de Segismundo Thalberg no será el callejón actual más que al principio, ya que luego se ensancha en una especie de plaza, con lo que las bandas y cortejos de las procesiones tendrán más facilidad para esperar a su incorporación a los desfiles.