Los robos de placas de bronce en Zamora se extienden hasta el cementerio de San Atilano. En esta ocasión, lo que han percibido quienes por allí transitan es la desaparición del adorno colocado en el crucero de Luz y Vida. Un elemento de similares características a los ya hurtados en los monolitos de la muralla en la avenida de la Feria y en la estatua del Rei Afonso Henriques, donde además se llevaron el busto. Las investigaciones continúan su curso para desentrañar una sucesión de robos que parecen seguir un patrón y cuyo interés sería el metal. La situación, de hecho, recuerda a la acaecida hace dos años con las placas y los pomos de bronce del Casco Histórico.

No parece casualidad y así lo confirman fuentes policiales. La ciudad de Zamora vive una oleada de robos en placas de bronce que ha llegado hasta camposanto, lugar donde ha desaparecido el adorno del crucero de Luz y Vida. Este pasado fin de semana se comprobaba la desaparición de cuatro placas de agradecimiento situadas en sendos monolitos de piedra en el entorno de la muralla de Zamora entre la avenida de la Feria y la Bajada de San Martín. Sucesos que se unen al primero en ser denunciado, el del hurto del busto del Rei Afonso Henriques en el exterior de la Fundación que lleva su nombre y la posterior sustracción, semanas después, de la placa que agradecía la donación.

Los sucesos recuerdan de inmediato al torrente de robos que sufrió el Casco Histórico hace dos años. En aquella ocasión, los ladrones también buscaban el bronce y se lo llevaron de estatuas como las de Fray Diego de Deza, el Maestro Haedo o San Ignacia Idoate, así como directamente de pomos de los portales de esta parte de la capital. El expolio contra el patrimonio continúa mientras las autoridades tratan de investigar quiénes son los responsables de estos ataques contra la propiedad pública y la riqueza de Zamora.

El objetivo ahora es localizar cuanto antes las piezas robadas antes de que puedan ser puestas a la venta en el mercado negro, que suele ser el refugio habitual de este tipo de robos en oleada que dos años después han regresado a la capital de Zamora con cerca de una decena de placas robadas hasta el momento.