Es una mujer pionera en el ascenso a los cargos más altos dentro de la Policía Nacional, un Cuerpo masculino y casi singular en esos mandos de alta responsabilidad. "No tienes ni idea de lo que tu hermana ha hecho por la mujer dentro la Policía", le han dicho en numerosas ocasiones a la hermana de esta zamorana, de Villafáfila (1961), que dejó su pueblo natal a los tres años camino de Barcelona, sin perdonar ni un verano, de julio a septiembre, hasta que sus ocupaciones se lo impidieron. Regresa a su tierra chica siempre que puede, donde sus convecinos hablan de ella con orgullo, de modo que, fue pregonara de la Semana Santa de Villafáfila en 2010. Casada con un berciano, de Ponferrada, las visitas a su localidad natal eran obligadas cada vez que se dirigía a León para visitar a sus suegros, recordaba una tía carnal a este diario.

De ella destacan, además de su entrega y dedicación a su trabajo, que le han valido diversas distinciones, como la Medalla de Plata al Mérito del Plan Nacional sobre Drogas, su discreción y su humildad, cualidades que nunca le han permitido alardear de su destacada proyección profesional, presidida por su máxima "intento convencer, nunca vencer", explicaba su hermana a La Opinión-El Correo de Zamora en el año 2006, cuando fue nombrada jefa del Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado (CICO).

De su carácter, apuntan su simpatía, su capacidad para compaginar su trabajo y su vida familiar, es "perfeccionista, responsable y luchadora, sencilla y normal".