El 15 de septiembre del año 2008, España se despertaba con la noticia de la quiebra de Lehman Brothers, uno de los bancos de inversión más importantes de Estados Unidos. La quiebra significó, para el mundo entero, el final de una era de expansión y supuso verdadero un cataclismo para la economía mundial. Cuando se conoció la noticia muy pocos podían imaginarse las tremendas implicaciones „sobre todo económicas, pero también sociales„ que tendría a lo largo de los años. Los efectos tardaron en llegar a España y, dentro del país, se dejaron sentir primero en las principales ciudades para después expandirse a las capitales más pequeñas. Sin embargo, el panorama que ahora existe en Zamora muestra los efectos de una crisis que, ya superada (a nivel macroeconómico y según se pregona desde el Gobierno, antes el de Rajoy y ahora el de Sánchez), que ha tenido ramificaciones en prácticamente todos los ámbitos de la vida.

En Zamora el mercado laboral se ha resentido como pocas veces lo había hecho antes. Todas las fuentes estadísticas, desde el Servicio Público de Empleo Estatal hasta el Instituto Nacional de la Seguridad Social, pasando por el INE, hablan de que la economía marcha ahora a un paso muy distinto al de hace una década. Basta empezar por las cifras de empleo. Cuando Lehman Brothers quebró Zamora tenía 8.927 desempleados inscritos en las oficinas como demandantes activos de empleo. Ahora, con los últimos datos de la misma fuente, hay 11.015 „un incremento de más de dos mil personas„. Y hay que destacar que lo peor, parece, ha pasado. El SEPE llegó a otorgar a Zamora más de 20.000 desempleados en los años de la segunda recesión.

La EPA, por su parte, daba a Zamora 6.500 parados en el segundo trimestre del año 2008 y da 13.400 con los datos más actualizados. Son más del doble. La tasa de paro también se ha disparado hasta superar el 17% desde el 7,98% con el que comenzó la crisis económica.

En el extremo opuesto, hay que analizar las cifras de trabajadores ocupados. Según el INSS, el mercado laboral de Zamora ha pasado a contar con 59.378 trabajadores desde los 65.622 con los que se comenzó la crisis. En definitiva, una pérdida de unas siete mil personas que antes estaban en activo y ahora no. Los datos de la Encuesta de Población Activa van en la misma línea aunque indican una pérdida más acusada de población ocupada. De 74.400 personas se habría pasado a 64.400, una caída justo de diez mil individuos.

En definitiva, una mala situación laboral que es todavía peor si se analizan los sueldos. Aquí, los datos más actuales proporcionados por la Agencia Tributaria hacen referencia al año 2016, pero indican que los zamoranos ganan ahora, como término medio, menos que hace una década. De unos ingresos anuales brutos de 16.279 euros justo en el momento en que estalló la burbuja inmobiliaria se ha pasado a 15.836 euros. Tanto entonces como ahora Zamora se sitúa a la cola regional. Mientras, el coste de la vida se ha incrementado en más de un 11% según indica el INE.

Cuando se habla de los efectos de la crisis económica es obligada una referencia al mercado inmobiliario. Lejos de las cifras de construcción de edificios, antes disparadas y ahora prácticamente inexistentes en la provincia de Zamora, cabe destacar que los zamoranos compraron en agosto del año 2008 un total de 166 viviendas, casi seis al día como término medio. En agosto de este año la cantidad fue de 79 inmuebles en toda la provincia. Ha habido, cabe señalarlo, meses mucho más flojos. La concesión de hipotecas sigue el mismo camino. De las 194 concedidas en julio de hace una década se ha pasado a 63, tres veces menos. El importe concedido permite sacar muchas conclusiones, pues ha pasado de 18,4 millones de euros a solo 4,6.

La guinda del pastel la ponen las cifras de población. En diez años Zamora ha perdido más de 20.000 habitantes. Conclusión: menos residentes en la provincia, menos trabajadores en activo con sueldos inferiores a los de hace una década y con menos poder de compra, más parados y una actividad económica muy deteriorada. Ese es el reflejo de la crisis.