Su destino no era solo Zamora capital, donde acababan de acomodarse en un establecimiento hostelero de tres estrellas. Llegados desde la provincia de Alicante el viernes pasado, los nueve individuos habrían dado "palos" durante todo el fin de semana a lo largo y ancho de la capital y de la provincia hasta llegar a Galicia, a donde parece ser que se dirigían con el único propósito de ampliar su historial delictivo, según la información recabada por La Opinión-El Correo de Zamora.

Todos los indicios recabados por la Comisaría de Zamora ponían de manifiesto que conformaban un comando itinerante de delincuencia, experto en robar sin dejar rastro, puesto que, cumplido su objetivo, escapan de inmediato del lugar al que llegan y siguen su ruta hacia otras provincias limítrofes.

La Policía Nacional pudo detectar al grupo la misma madrugada del viernes pasado, a las pocas horas de instalarse en las habitaciones contratadas, esta vez a tiempo para evitar numerosos delitos. La clave para detectarles fue la inspección de hostelería que los agentes llevan a cabo cada vez que se registran los clientes en establecimientos de hospedaje. Los agentes identificaron a uno de sus integrantes como un delincuente habitual en busca y captura en otra provincia del país.

El hombre, sobre el que pesaba la orden judicial para su detención al ser localizado, fue arrestado de inmediato y trasladado al juzgado de guardia, donde se acordó su puesta en libertad con cargos, indican las fuentes consultadas por La Opinión-El Correo de Zamora.

Los ocho compañeros de viaje y paisanos también fueron interrogados por la Policía Nacional con el objetivo de conocer el motivo de su viaje. Las sospechas sobre la finalidad de su estancia en Zamora aumentaron cuando ninguno de ellos fue capaz dar explicaciones convincentes. Sin embargo, la policía únicamente tenía indicios sobre su verdadera razón para pasar el fin de semana en la ciudad, lo que no era argumento suficiente para proceder a su expulsión de la provincia.

La sospecha de que se ha localizado a un comando de delincuencia itinerante que llega para robar en viviendas, establecimientos comerciales o de hostelería o, incluso, a los ciudadanos con métodos como el "tirón" de bolsos o los timos, pone en alerta a la Comisaría de Zamora.

La estrategia que se adoptó se centra en montar un dispositivo especial para pisarles los talones y conseguir que abandonen la ciudad y la provincia por su propia iniciativa, ya que su detención resultaba imposible, puesto que solo se contaba con indicios del verdadero motivo de su desplazamiento hasta tierras zamoranas.

La Comisaría asignó, pues, a un equipo de agentes para estrechar el cerdo lo máximo posible en torno a este grupo de nueve personas, de nacionalidad rumana, dos de ellos de entre 50 y 55 años y el resto con edades que oscilan entre los 25 y 30 años.

La orden era someterles a vigilancia durante las 24 horas, llevar a cabo "un seguimiento muy cercano" hasta conseguir que se sintieran observados constantemente y decidieran abandonar la capital. Por supuesto, también para impedir que cometieran ningún robo.

La discreción habitual de los policías cuando persiguen a delincuentes para su arresto, al existen pruebas que les inculpen en algún delito, queda a un lado en casos como este. Aquí, la tarea esencial es "prevenir, preservar la seguridad de lo ciudadanos" y conseguir que abandonen la capital y la provincia. "Ellos se dan cuenta de que hay un coche patrulla que controla cada uno de sus movimientos y se van". Los vehículos en los que se desplazaban desde Alicante tomaron rumbo a Galicia el mismo sábado. El grupo de delincuencia había elegido bien su alojamiento, situado en un lugar céntrico de la capital que les permitiría abandonar la capital fácilmente una vez cometidos los robos que tuvieran programados. Se trata de un negocio radicado en las inmediaciones de carreteras nacionales.

A la diligencia policial, se suma en muchas ocasiones la colaboración ciudadana como uno de los factores a destacar para poder prevenir delitos de robo. Los zamoranos cooperan cada vez con más frecuencia con la Policía Nacional para impedir que los cacos campen a sus anchas.

A esa necesaria concienciación se apela desde la Policía Nacional para que si observan a personas en actitudes sospechosa; escuchan ruidos en los pisos colindantes o la presencia de personas ajenas a su edificio contacten con la Comisaría, bien en el 091, bien en el 980509250. E

El tiempo máximo de llegada al lugar en el que el ciudadano comunica que se puede estar produciéndose un delito está calculado en un minuto y medio, de acuerdo con los datos que viene facilitando la Policía Nacional. La respuesta se dilata si la llamada se efectúa al servicio de emergencias 112, por lo que se recomienda que se acuda a los teléfonos directos.