Desnutrición y una enfermedad provocada por las garrapatas son dos de las dolencias que recoge el informe de los veterinarios que han examinado a los 36 perros de caza mayor rescatados en junio pasado de una nave casi derruida de Valdeperdices por el Seprona de la Guardia Civil, por los servicios veterinarios de la Junta de Castilla y León y por la Protectora de Animales Scooby. Los agentes localizaron entre ellos el cadáver de un perro al que le faltaba tejido superficial e interno, ya que había sido devorado en parte, al menos, por otro can, de acuerdo con la descripción hecha por el Seprona.

El informe clínico elaborado por Scooby, que incluye una extracción de sangre y chequeo para detectar enfermedades está ya en manos de la Fiscalía Provincial, que investiga el presunto delito de maltrato animal que habría cometido el dueño de las instalaciones y de los perros que vivían hacinados y "en pésimas condiciones" higiénicas y de alimentación. El denunciado es un zamorano, de iniciales J.G.M, , natural de un pueblo de Tierra del Vino, con antecedentes policiales por esta misma infracción penal, fue procesado y condenado por el Juzgado de lo Penal por la muerte de un perro alano de un tiro, si bien la Audiencia Provincial le absolvió por falta de pruebas que le apuntaran como autor del disparo. Esa denuncia se produjo cuando el can recibió el balazo en una montería desarrollada en Faramontanos de Tábara el 13 de octubre de 2015.

Tras el rescate de junio pasado, fue preciso efectuar una "desparasitación interna y externa" de cada perro, algunos famélicos y en estado de "desnutrición severa", y otros con heridas y evidentes signos de maltrato, de acuerdo con el atestado que levantó el Seprona. Se llegó a dudar, incluso, de que todos pudieran sobrevivir por el mal estado en el que se encontraban. Entre las distintas razas había galgos, podencos o grifones, utilizados para monterías.

La situación era de tal abandono que los agentes y voluntarios de la Protectora observaron a un galgo, casi en los huesos, comiendo al perro muerto, mientras otros merodean el cadáver. El documento veterinario emitido por Scooby para el Seprona recoge un exhaustivo análisis sanitario de cada uno de los perros que fueron recogidos el 17 de junio después de que dos personas que paseaban cerca del embalse llamaran a la Protectora Scooby porque habían escuchado aullidos procedentes de la finca situada en las inmediaciones de Valdeperdices, en concreto de una nave en ruinas.

Los integrantes de la Protectora se encontraron en el lugar 39 animales de distintas razas "abandonados y en condiciones deplorables, en una instalación derruida y en peligro de derrumbe", lo que comunicaron a la Guardia Civil, de acuerdo con las diligencias. El Seprona acudió al lugar el mismo día y localizó a canes "sueltos, sin comida y agua", según su informe, con gran cantidad de "parásitos, principalmente, en cabeza y orejas".

Los agentes constataron que el recinto no disponía de protección adecuada, además de existir partes desplomadas, con lo que los animales vivían "expuestos y a expensas de condiciones climatológicas adversas". La nave estaba sucia, con "gran cantidad de excrementos", "restos de basuras", así como los escombros del techo que se había venido abajo y desechos de medicamentos y utensilios.

Los técnicos comprobaron durante el rescate que buena parte de los canes disponía del microchip identificativo antes de trasladarlos a las dependencias de la Protectora de Animales que asumió su cuidado. Fue preciso que los veterinarios asistieran a todos los perros, "sin excepción". Scooby los acogió en las instalaciones de que dispone en Medina del Campo (Valladolid), donde los animales que quedaron bajo custodia judicial como prueba del delito de maltrato que ha podido cometer su propietario, detenido un día después.

El investigado negó haber maltratado a los animales e incluso llegó a declarar públicamente que iba a denunciar que se hubiera entrado en su propiedad sin su permiso y que exigiría la devolución de los animales, al tiempo, sostenía que alguien había soltado a los animales dentro del recinto, lo que provocó peleas entre los perros.