Hace poco más de un año, en julio de 2017, Zamora 10 echaba oficialmente a andar con la presentación de su gerente, Francisco Prieto, y con la idea de impulsar la decena de proyectos que en su día se pusieron sobre la mesa. Trece meses después llega el momento de hacer balance y de analizar el futuro de la asociación empresarial.

-Un año desde que se pusieron en marcha...

-Y hacemos un balance agridulce. Hemos conseguido que en Zamora se haya despertado la conciencia de que hay un problema y de que es necesario hacer algo. La parte amarga es que nos hemos encontrado demasiadas trabas, muy pocas respuestas concretas por parte de las administraciones. Salvo el proyecto de la Escuela Nacional de Industrias Lácteas todos se han dilatado en exceso. Ni Diputación ni Ayuntamiento han estado a la altura de lo que esperábamos.

-El día de la presentación en el Ramos Carrión todo eran buenas palabras. ¿Qué ha pasado en este periodo?

-Buenas palabras sigue habiendo, pero no se traducen en nada. Han pasado trece meses, los proyectos están ya más que desarrollados, pero seguimos atascados.

-Apunta directamente a Diputación y Ayuntamiento.

-Con diferencias. Con el Ayuntamiento hay buena comunicación, se muestran receptivos, pero tampoco cerramos nada. La Diputación directamente dejó de venir a las reuniones. La presidenta faltó a tres reuniones del Consejo General seguidas. Pongo el ejemplo de la "app" turística provincial. Se aprobó en noviembre, fuimos a la Diputación en diciembre y nos contestaron en abril para decirnos que no estaban interesados. Los ayuntamientos de Zamora, Benavente, Toro y Puebla de Sanabria insisten en que el proyecto salga adelante, volvemos a presentarlo a la Diputación en junio y nos dicen que tienen que presentarlo en el Patronato de Turismo. Estamos en septiembre y nada. Hace ya diez meses que lo pusimos sobre la mesa.

-¿Ha habido un momento concreto en el que las relaciones se hayan enfriado?

-No. La respuesta no suele ser mala, pero no concretamos nada. En las reuniones nos dicen que están de acuerdo con nuestro trabajo, pero cuando llega la hora de concretar dan una larga cambiada. Los empresarios están invirtiendo aquí mucho tiempo, y también dinero, y no entendemos qué pasa. Si un proyecto no les gusta, que lo digan, no buscamos la bendición de todas las propuestas. En la cooperación turística, que tendría que ser muy fácil, quedamos en mandar cada uno una propuesta y la de la Diputación tarda en llegar. Hemos intentado convocar una reunión y ni siquiera nos han contestado.

-¿Puede ser que ustedes hayan querido influir en proyectos que son de las instituciones, que les vean como una especie de "competidores"?

-Es la sensación que tenemos, pero no queremos meternos en las competencias de nadie. No somos una alternativa política, no queremos cuestionar el pasado, solo encontrar soluciones para el futuro. La sensación es que molestamos, que causamos revuelo. Incluso nos han dicho que hemos venido a meter presión en un contexto en el que se estaba muy tranquilo.

-¿Quién dijo eso?

-No lo debo decir.

-Entiendo que un representante institucional.

-Sí.

-¿Se plantean dejar de llamar a ciertas instituciones?

-No. Tenemos claro que esto tiene que hacerse con las administraciones, que son necesarias. Nosotros podemos poner ideas sobre el tapete, opiniones sobre proyectos que pueden dinamizar la economía... Pero son ellos los que tienen el poder de decisión, el dinero y la responsabilidad y autoridad para llevar las cosas a buen puerto. Seguiremos invitándolos, y si dejan de venir lo diremos. Nosotros intentaremos concretar y buscar soluciones.

-¿Es Zamora 10 viable sin el apoyo institucional?

-La viabilidad económica está garantizada al menos hasta el mes de diciembre, que es hasta donde alcanza el presupuesto. No es tanto un problema de viabilidad económica, porque los gastos de Zamora 10 son realmente pequeños. El problema es si seguimos en esta línea o no. No es justo que los colectivos que colaboran estén sufriendo un desgaste y no recibamos impulso. Eso es lo que nos molesta y lo que puede hacernos pensar si tenemos que seguir o no. Ahora mismo el planteamiento es que vamos a continuar, creemos que Zamora lo merece, pero si seguimos por este camino tendrá que haber una reflexión antes de que acabe el año. Si las instituciones siguen negándose a impulsar proyectos Zamora 10 tendrá que replantearse su futuro y que sean los zamoranos los que juzguen lo que ha pasado. No es cuestión de estar aquí por estar, lo relevante es estar porque se está consiguiendo algo o porque se piensa que se va a conseguir en un futuro.