La práctica congelación de las pensiones durante varios años -en los que se han actualizado solo un cuarto de punto, durante el Gobierno de Mariano Rajoy- o la congelación efectiva aprobada por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero no ocultan una realidad: los jubilados han ganado poder adquisitivo mientras que el grueso de los asalariados lo ha perdido.

Los datos más actuales para realizar este análisis son los del ejercicio 2016, publicados el año pasado por la Agencia Tributaria -en lo que refiere a los salarios- y por el Instituto Nacional de la Seguridad Social -por lo que refiere a las pensiones-. Por partes, el salario medio en la provincia de Zamora ha pasado de los 1.162 euros brutos mensuales que se percibían -siempre como término medio- hace doce años a los 1.131 del último ejercicio disponible. Es decir, los datos confirman la sensación de la calle: ahora se gana menos que en los años de burbuja inmobiliaria.

Situación diferente han vivido los pensionistas. Cierto que esta estadística está "maquillada" porque los nuevos jubilados tienen nóminas más altas que los que abandonan el sistema al fallecer, pero los datos muestran que la pensión de jubilación media de 2008 -establecida en 659,12 euros- tiene poco que ver con los 843 de finales del año 2016. Los datos, llevados a porcentajes, indican que el salario medio ha descendido un 2,6% mientras que la paga por jubilación se ha incrementado un 27% en el mismo periodo. Siempre, cabe recordar, como término medio, algo que no quiere decir que las personas ya jubiladas en 2006 cobren ahora un 27% más.

Los datos se ponen en su justa magnitud cuando se comparan con la subida del coste de la vida en idéntico periodo. Los datos del Instituto Nacional de Estadística aseguran que, entre enero de 2008 y finales de 2016 el coste de la vida se incrementó en Zamora un 12,8%. Así las cosas, si la pensión media ha ganado poder adquisitivo, el salario medio lo ha perdido, y además de una forma acusada.