La provincia de Zamora no es atractiva para las empresas de telecomunicaciones ni con las subvenciones de la Junta de por medio. Es la única lectura posible al comprobar que ninguno de los catorce proyectos que la administración autonómica aprobó hace unas semanas para llevar Internet de alta velocidad a los pueblos de menos de quinientos habitantes tiene como objeto trabajar en la provincia. Zamora se queda así sin recibir ni un euro de los 1,6 millones que, a través de subvenciones, financiaban Junta y Unión Europea para mejorar la conectividad.

Con todo, no puede culparse a las instituciones de esta situación. Si acaso a las propias empresas de telecomunicaciones. Las ayudas van dirigidas a las operadoras y son ellas las que tienen que elegir las zonas que consideren económicamente rentables para realizar la inversión. Es decir, aunque se convoquen subvenciones, la realidad es que son las empresas las que deciden qué territorios tienen fibra ópticas y qué áreas se quedan sin esta conectividad.

La Junta ha convocado para este año otra línea de subvenciones, de características muy similares al documento aprobado el año pasado, por una cantidad total de tres millones de euros. Las zonas objetivo son principalmente aquellas que se consideran como "zona blanca", esto es, aquellas en las que ningún operador de telecomunicaciones ofrece una cobertura de Internet de treinta megabits por segundo o más, siempre de acuerdo con el mapa de cobertura que elabora la Secretaría de Estado para la Sociedad de la Información.

Las ayudas pretenden paliar el hecho innegable de que muchas de estas zonas no son rentables para las "telecos". Las obras para llevar la fibra óptica a los municipios son caras, máxime teniendo en cuenta que esta tecnología debe ir soterrada. Las empresas cubren gran parte de la inversión inicial con estas subvenciones, lo que posibilita que los proyectos aumenten y que los vecinos del entorno rural mejoren su conexión a Internet.