La propietaria de una de las viviendas asaltadas había salido a la una de la tarde para acudir a misa. Cuando regresó, su casa estaba patas arriba: los ladrones se habían ido minutos antes de su vuelta. Los cajones de las cómodas, mesillas y muebles del salón y de los dormitorios volcados o fuera de su sitio, las ropas y bolsos encima de las camas, dejaban constancia del paso de los "dueños de lo ajeno", que, afortunadamente, no encontraron nada de su gusto para llevarse.

Los cacos reventaron el bombín de la puerta para acceder al interior de la vivienda, situada en la calle de Santa Ana, donde dispusieron de varios minutos para buscar, sin éxito, un botín. Mejor suerte corrió otro vecino del mismo edificio, ya que solo les dio tiempo a romper la cerradura de entrada a su piso, sin llegar a entrar, posiblemente porque alguien se aproximó al lugar.

La Policía Nacional trata de localizar a los ladrones, si bien es posible que se trate de una banda organizada, que desplaza hasta Zamora a algunos de sus integrantes con el único objetivo de perpetrar robos y regresar a la capital en la que está asentada la organización, posiblemente Madrid. Desde la Comisaría de Zamora insisten en que se deben cerrar las puertas con llave siempre para no facilitar la entrada y se pide colaboración ciudadana, que se llame a la Policía Nacional, si se observa a personas que no son de la zona merodeando por edificios de forma sospechosa.