Que los cambios de los consumidores han cambiado a pasos agigantados durante los últimos años no lo discute prácticamente nadie. Los compradores, por norma general, demandan cada vez más productos elaborados y con una presentación impecable. Esto obliga a las empresas que quieren ser competitivas a cambiar el paso para no perder clientes, algo en lo que las empresas zamoranas que se dedican al sector agroalimentaria tienen que mejorar. Así lo asegura un informe del Colegio de Economistas de Valladolid, que detecta un "déficit en el análisis de los gustos y hábitos del consumidor objetivo", con "la consecuente falta de adaptación al cliente para ofrecerle precisamente lo que necesita".

Este es uno de los principales males de un sector que, pese a su enorme fortaleza y pujanza en la provincia de Zamora, tiene otras debilidades. Quizás la más importante, por las oportunidades que ofrece para crear riqueza en la provincia, es la ausencia en Zamora de fábricas que sean capaces de transformar los productos que se sacan del campo y generar así mayor valor añadido. No es ningún secreto que gran parte de la materia prima que usan empresas punteras en el sector agroalimentario sale de Castilla y León y, más concretamente, de Zamora. "La dedicación casi exclusiva de las cooperativas hacia la transformación primaria, sin desarrollar productos acabados de mayor valor añadido y sin integrarse en la distribución" es una debilidad importante para comercializar los bienes producidos en Zamora, apuntan desde el Colegio de Economistas de Valladolid. Falta, además, "proactividad frente a la exportación del producto terminado, ya que la mayoría de las exportaciones obedecen a pedidos de materias primas debido al escaso desarrollo de la industria transformadora", aseguran las mismas fuentes. Los problemas no son específicos de la provincia de Zamora y, a grandes rasgos, afectan a las explotaciones agrícolas y ganaderas repartidas por toda la comunidad autónoma.

Como retos de futuro el informe centra sus miras en la problemática poblacional de la provincia y de la comunidad, así como en el envejecimiento de la población y en la falta de financiación acorde a las particularidades de las explotaciones. "Las industrias y explotaciones requieren elevadas inversiones ya que los ciclos de producción son relativamente largos y se necesita más infraestructura transformadora y comercializadora, ya que las tendencias del consumo incrementan la demanda de productos elaborados". Bien sobre el papel pero muy caro en la práctica, y es aquí donde deberían entrar las entidades financieras, más reacias a conceder créditos que hace unos años. Pese a todo, el informe constata las grandes oportunidades de la agricultura y la ganadería en Castilla y León y subraya que este es el único sector en el que la comunidad puede, hoy por hoy, competir de igual a igual con cualquier zona del país.