Zamora entre otros tesoros cuenta con el Museo Etnográfico de Castilla y León. La exposición permanente de su interior trata de ofrecer una visión de la cultura tradicional de la región desde el punto de vista del individuo. Dirigido por José Luis Calvo, esta galería cuenta con una de las colecciones de arte pastoril más importantes de Europa, pudiendo destacar tres piezas icónicas e imprescindibles de ver en la visita al Etnográfico:

El sello de pan con forma de corazón: el museo cuenta con una amplía colección de impresiones para marcar el pan, entorno a unos 500 objetos, pero esta pieza destaca especialmente por la delicadeza de su talla en tres pisos y su significado. Data de la primera mitad del S.XX, se caracteriza por los detalles geométricos y antropomórficos, el corazón, tallados en hueso y a navaja. Los hornos eran medios de producción comunales en los pueblos por lo que necesitaban identificar a quién pertenecía cada alimento y para ello usaban estos útiles. Los pastores se esmeraban mucho más en hacer los sellos al señorito que le daba trabajo por las ovejas o a la familia de la mujer que le gustaba, era una forma de declaración. "Y esta es la curiosidad de este sello de pan, al llevar el corazón la intencionalidad de este era amorosa, lo que lo convierte en una pieza única".

Cuerna en asta: en las salas se pueden encontrar varias piezas similares pero esta destaca a por su iconografía. Llama la atención por sus tallas de cuestiones marinas: barcos, peces, sirenas que nada tienen que ver con el paraje de la meseta de Castilla y León. Se intercalan con otras formas zoomórficas como los pájaros. Consta con inscripciones del autor "dibujado por José Martín" lo que indica que el pastor, un auténtico artista, era letrado. Es un regalo porque pone el nombre del "dueño". Además tiene dibujos bíblicos del arca de Noé, de palmeras que no son típicas de la región... el pastor imbrica cuestiones de la cultura popular, de la oralidad y de su propia experiencia convirtiendo a esta cuerna en una de las piezas más potentes del Etnográfico.

La tercera joya del museo es una caja de tabaco tallada en asta y policromada. Procede de Salamanca y en su parte superior refleja el mito de Adán y Eva. Lo destacable de este objeto es que data entorno a la Guerra de la Independencia ya que por debajo tiene un grabado que refleja los horrores del conflicto con los franceses "muy similar a los de Goya". Los perfiles de las figuras son muy similares a las de tipo egipcio pero también se observan trazos muy románicos, es la convergencia de la amalgama de influencias que podía tener un pastor humilde de la época. Es un auténtico tesoro, en palabras del director del Etnográfico, José Luis Calvo "el hombre que talló la cajita era un verdadero Miguel Ángel popular". Dentro del arte pastoril que se encuentra en el museo cabe destacar también los utensilios como cucharas y tenedores articulados tallados y policromados.

El Etnográfico también cuenta con una colección de objetos de protección de la vida, del mal de ojo y relacionados con la superstición y la religión. Se pueden encontrar detentes, medallitas de vírgenes, herraduras con serpientes para que no entre el mal en la casas... De esta sección destacan unos gorritos apotropaicos, es decir, de defensa que se les ponía a los niños para ahuyentar la brujería y el peligro. Bordados en colores llamativos para que el mal se quedará fijado en estos y no dañara a los infantes. "En la cultura popular era habitual la creencia de que si halagaban mucho a un niño daba como resultado la envidia lo que atraía cosas negativas hacia el pequeño, generando miedo a las familias, para evitar eso se usaban estos gorros y así la gente protegía a los niños".

Por último destacar el traje de "vistas" de la Alberca. La importancia recae en que es uno de los mejores que quedan en España, de los más antiguos y cuenta con un número de joyería importante. Es un traje marcado por la protección a la mujer, as u fertilidad con elementos como los corales del collar. Marcaba su alto estatus social, cuantos más rodados tuviera el traje más dinero tenía la familia.

La visita al Etnográfico en Zamora es un imprescindible para cualquier visitante o zamorano que todavía no haya curioseado su interior. Supone un viaje en el tiempo realizado a través de cuatro salas del museo que permite una visión de cómo era la vida en la comunidad antes de la modernidad.