"La gente empieza a ver el coche eléctrico como una opción de compra", asegura este profesor de la Escuela Politécnica, quien también reconoce que uno de los "gigantescos" inconvenientes de optar por este sistema de transporte es la autonomía, "tanto porque haya que cargarlo como por el tiempo que tarda en completarse la carga", apunta. En la actualidad el sistema "es mejorable, pero también es cierto que se va consiguiendo poco a poco más avances en este sentido", añade.

Su prototipo ayudaría a este avance. Y se atreve a adelantar que sería una buena opción, por ejemplo, para la flota de furgonetas eléctricas que tiene la propia USAL en Salamanca para repartir el correo por las diferentes facultades. Estas tienen lugares de carga en el aparcamiento de la facultad de ciencias. "Los conductores se quejan de que en invierno no pueden tener todo el trayecto la calefacción puesta porque se quedan sin batería", explica. Su sistema se podría instalar con una pequeña intervención. "Habría que vaciar el circuito de refrigerante, doblar tubos para embocar la válvula de cuatro vías e implementar la electrónica, al menos con un interruptor para que la válvula funcione. No es sencillo, pero sí viable", resume.

El proyecto de Muñoz Rico se enmarca dentro de lo que la Fundación General de la Universidad de Salamanca denomina proyectos de prueba concepto. "Están pensados dentro del área de Transferencia de Conocimiento Universidad Empresa, los conocidos como TCUE", explica el profesor, para quien este tipo de trabajos -en el suyo está el solo al frente- tienen como objetivo principal "aportar algo". Y él lo ha conseguido durante sus estudios durante todo este curso.