La Consejería de Sanidad ha ampliado en los últimos meses su programa de detección precoz de enfermedades congénitas del recién nacido, con lo que ha pasado de la búsqueda únicamente de una de ellas cuando comenzó el proyecto en 1990 a las ocho que se detectan en la actualidad, cuatro de ellas incluidas durante el último año.

La detección precoz y el tratamiento inmediato de las mismas mejora su diagnóstico a largo plazo y evita el desarrollo de posibles discapacidades asociadas. Otras novedades para proteger a la población infantil son la prueba de análisis de ADN fetal y la apertura de la "Unidad de diagnóstico avanzado de enfermedades raras en pacientes pediátricos", según informó la Junta.

El cribado neonatal tiene como objetivo la búsqueda de trastornos endocrino-metabólicos congénitos tratables, antes de que empiecen a dar síntomas. Por lo tanto, se buscan especialmente en los primeros días de vida de los bebés. Esta detección precoz de las enfermedades facilita que se les aplique un tratamiento médico de manera extremadamente temprana, lo que mejora su pronóstico y evita la aparición de posibles discapacidades asociadas a ellas.

Para esta vigilancia, la Consejería puso en marcha en 1990 este programa, popularmente conocido como "la prueba del talón", porque la prueba consiste en la recogida de una serie de gotas de sangre, con un leve pinchazo en esa parte del pie del bebé para su análisis. Se practica entre las 48 y las 72 horas posteriores al nacimiento, antes del alta hospitalaria. Es un procedimiento que se ofrece a todos los niños nacidos en Castilla y León. Y si por alguna circunstancia excepcional algún paciente no puede realizar la prueba durante su estancia en el hospital, también se puede hacer posteriormente en los centros de salud.

Dentro de este sistema de protección de la población infantil, en 2017, se han estudiado las pruebas de 15.195 niños, 895 de ellos en Zamora. El programa cerró el ejercicio con una cobertura del 99,5 por ciento de los recién nacidos en Castilla y León.

Dentro de la detección precoz infantil, la comunidad cuenta, además, desde 2017, con la prueba de análisis de ADN fetal circulante libre para el cribado de las trisomías fetales, para todas aquellas gestantes de riesgo intermedio seleccionadas según el Documento de Consenso de la Sociedad Regional de Ginecología y Obstetricia. Esta prueba aumenta la tasa de detección de la trisomía 21 -síndrome de Down- a más del 99%.