Sin una línea de ayudas o subvenciones en las próximas fechas, buena parte de las instalaciones de energía solar que hay en la provincia de Zamora podrían llegar a desaparecer. Así lo estima el Ente Regional de la Energía de Castilla y León, que indica que dado que la rentabilidad es "muy baja, es previsible que muchas cogeneraciones decidan dejar de funcionar (como ya lo han hecho algunas) en el momento que tengan que afrontar las fuertes inversiones que requieren para prolongar la vida útil. Por ello", continúan las mismas fuentes, "creemos necesario que se habiliten líneas de subvenciones que fomenten la renovación de las cogeneraciones existentes, prolongando los beneficios medioambientales y sociales para los que fueron concebidas, pudiéndose utilizar los fondos económicos de los que se nutre el Fondo Nacional de Eficiencia Energética".

En el diagnóstico coincide la asociación fotovoltaica Anpier, que subraya que la falta de un marco legal estable ha paralizado la inversión en renovables hasta el punto de que las instalaciones actuales son prácticamente las mismas que había hace seis años. En el Anuario Fotovoltaico de este año se indica que Castilla y León cuenta con unos 413 megavatios de potencia en lo que se refiere a energía fotovoltaica, una cifra que permanece prácticamente inalterable desde 2012. La situación se puede extrapolar a lo que sucede en la provincia de Zamora, donde hay unas mil instalaciones en marcha -cifra que también ha parado de crecer-.

"El establecimiento de un marco regulatorio estable y favorable hacia las energías renovables es de vital importancia para el desarrollo de la fotovoltaica. En España, la experiencia pasada es una demostración clara de cuán gravemente pueden afectar los cambios regulatorios de un país a la integración de esta tecnología, no solo por sus efectos inmediatos, sino también por sus efectos a largo plazo", censuran desde Anpier. En los últimos años, las políticas económicas de apoyo a la fotovoltaica de los distintos países han ido pasando de retribuciones en forma de tarifas, a otros mecanismos retributivos como son las subastas, indican las mismas fuentes. Cabe destacar que la inversión en energías renovables está alcanzado unos picos máximos en el panorama internacional mientras que en España la situación no acaba de repuntar, al menos por lo que refiere a los pequeños inversores.

Dicen los productores que los continuos cambios regulatorios retroactivos y la moratoria renovable "socavaron" el interés de los inversores en las energías renovables que ante la inseguridad jurídica del sector renovable español. Estos inversores "decidieron derivar sus inversiones a sectores y países con una regulación más estable". Esta parálisis podría derivar en "incumplimiento de los objetivos de penetración de renovables adquiridos con Europa". Para paliar esta situación y aprovechando la reducción de costes de las tecnologías de estos últimos años, el Gobierno estableció un sistema de subastas que tenía como objetivo la puesta en marcha de nuevas instalaciones.

Frente a la concentración existente en la eólica y termosolar, la solar fotovoltaica es la tecnología más atomizada en número de propietarios. No obstante, durante los últimos años se ha observado como la potencia "comienza a ser agrupada por algunas compañías y grandes fondos de inversión que llegan a superar los 100 megavatios de capacidad. "Esta reestructuración societaria ha sido consecuencia directa de los diversos ajustes retroactivos sufridos por la tecnología que ha derivado en problemas de solvencia e incluso en la quiebra de muchos pequeños propietarios, los cuales se han visto obligados a vender sus instalaciones a precios muy bajos" para poder hacer frente a las deudas contraídas con las entidades financieras.