El Ayuntamiento de Zamora ha conseguido reducir el consumo de agua para riegos y jardines en un 10% desde que se implantaron las políticas de ahorro hace más de dos años. Una circunstancia que ha servido, entre otras cosas, para no tener que tomar medidas más drásticas una vez constatada la sequía del pasado año 2017. Desde la Concejalía de Medio Ambiente se ha trabajado a lo largo de los últimos años para controlar, igualmente, los consumos sin declarar. Y el pasado curso se estableció un plan de emergencia por si la situación de sequía recrudecía. El citado plan contra la sequía, que cuenta con el visto bueno de la Confederación Hidrográfica del Duero, establece distintas fases y actuaciones en función de la gravedad que pueda alcanzar la situación en los embalses de los que bebe la capital.

Entre las medidas tomadas el pasado año figura la aplicación de nuevos productos en zonas de césped y arbustivas que hizo posible pasar de seis a tres riegos a la semana. También se revisó todo el sistema de riego para evitar fugas, se decidió no vaciar las fuentes durante el verano y se estableció sistema de telecontrol para ajustar los tiempos de riego.