La importante crisis que ha superado el sector financiero, la reestructuración de los bancos y cajas -fundamentalmente de estas últimas, muy afectadas por los procesos de fusión e integración entre ellas- o incluso la irrupción de las gestiones a través de Internet. Estas pueden ser las tres causas fundamentales, aunque hay más, para explicar la evolución que el sector financiero ha seguido durante los últimos años.

Los últimos datos, actualizados a 31 de diciembre del año pasado, los ha puesto sobre la mesa la Asociación Española de Banca. Hablan, eso sí, exclusivamente del sector bancario, por lo que dejan fuera a cajas de ahorro, una parte importante del sector. Según dicha estadística, Zamora cuenta con 40 oficinas de entidades bancarias repartidas por las localidades de la provincia. Son 20 menos que en el año 2010, cuando la crisis empezaba a cobrarse sus primeras víctimas, y 46 oficinas menos que en el año 2000. El sector bancario vivió sus mejores años alrededor de 1990, cuando el número de oficinas rondaba las cien.

La situación, evidentemente, tiene reflejo en el número de profesionales que hoy atienden las sucursales de crédito. En 2007, cuando la crisis económica ya se intuía pero todavía no había mostrado sus efectos, un total de 281 zamoranos trabajaban en alguna de las cerca de 80 oficinas bancarias abiertas en Zamora. Hoy, con una cifra de sucursales que ha caído prácticamente a la mitad, el número de trabajadores se ha reducido un 40% hasta las 172 personas. La caída no va en la misma proporción porque muchas de las oficinas que han echado el cierre eran pequeñas y estaban ubicadas en los pueblos de la provincia.

Este es precisamente otro de los problemas que se desprenden del cierre de sucursales. Los vecinos de numerosas localidades zamoranas se han quedado en los últimos años sin acceso directo a una sucursal bancaria cerca de su vivienda, lo que les obliga a desplazarse a localidades más grandes para gestionar su dinero. De los 248 municipios que componen la provincia de Zamora, 190 no tienen sucursal bancaria -esto es, el 76% de los pueblos-. En ellos residen un total de cerca de 47.000 personas, un cuarto de la población de la provincia. Son datos del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas. En los pueblos el cierre de una oficina deja sin contacto diario con el mundo financiero a los vecinos que ahí residen, lo que conlleva enormes dificultades teniendo en cuenta que se trata, en muchos casos, de personas mayores que no se manejan con las nuevas tecnologías.