La ciudad de Zamora revisará su mapa estratégico del ruido con el objetivo de renovar los planes de acción en materia de contaminación acústica. Pese a que la capital es una de las ciudades de Castilla y León con menor incidencia de este tipo de castigo para los oídos, sí que es cierto que uno de cada cuatro vecinos sufre ruidos durante la noche. Será la empresa Eurocontrol quien se encargue de elaborar las correcciones pertinentes al mapa ya existente, así como de proponer medidas para minimizar la incidencia de la contaminación acústica. El contrato ha sido ya formalizado por parte del Ayuntamiento de Zamora y se ejecutará con un montante que asciende hasta los 26.000 euros sobre una base de licitación de 40.000 euros.

Tres Cruces, Pantoja, San José Obrero y San Lázaro son las zonas de la capital más castigadas por la contaminación acústica según el mapa del ruido que actualmente rige para la ciudad de Zamora y que data del año 2012. Un documento que revela que las calles Alfonso IX, Prado (en el barrio de Pantoja), Estación y Cabañales son las calles con mayor incidencia de ruido y que mayor peligro acústico registran a cualquier hora del día. También presentan importantes problemas acústicos la calle Villalpando, Trascastillo y las avenidas Ronda de la Feria y Cardenal Cisneros.

En el extremo contrario, hasta seis zonas de la capital son consideradas "óptimas" por el documento de análisis del ruido en la capital al registrar valores por debajo incluso de los 55 decibelios. Se trata de Carrascal, la calle Obelisco en particular y el barrio de San Isidro en general, la barriada de Asturias, Peña Trevinca y la calle Jiménez de Quesada.

Medidas

Aquel mapa del ruido del año 2012 impulsó varias recomendaciones para tratar de reducir el impacto acústico en la capital y algunas de ellas ya se han realizado, por lo que el nuevo documento deberá analizar si, en efecto, han funcionado o no. Se trata, por ejemplo, de la sustitución del adoquinado de Tres Cruces y Príncipe de Asturias en su confluencia con Carlos Pinilla por pavimento fonoabsorbente; el incremento del número de pasos de peatones elevados; la conversión de las calles en vías de una única dirección; la adaptación las medidas urbanísticas a criterios que eviten la contaminación acústica; o la reducción de la velocidad a través de señalización vertical.

El futuro mapa del ruido de la ciudad de Zamora ofrecerá respuestas sobre si este tipo de medidas han surtido efecto y señalará, en cualquiera de los casos, cuáles son las vías y las zonas que mantienen una mayor contaminación acústica en el conjunto de la capital.