El pasado lunes la Dirección General de Tráfico puso en marcha una campaña de vigilancia de la velocidad en la que se aumentaron los controles principalmente en carreteras convencionales hasta el día 12 de agosto.

La velocidad excesiva o inadecuada es uno de los factores que determina la siniestralidad en los casos de accidente de tráfico. En 2017 fallecieron en las carreteras españolas 400 personas, y en Castilla y León 25, en siniestros donde la velocidad fue uno de los elementos concluyentes.

Este es uno de los motivos que ha llevado a la DGT a poner en marcha este plan. El objetivo principal es reducir el número de accidentes causados por la rapidez en la conducción concienciando a la población de respetar los límites de velocidad establecidos y el riesgo que puede suponer sobrepasarlos.

Durante una semana, del 6 al 12 de agosto, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia civil aumentarán los controles para vigilar que los conductores cumplen con los límites existentes. Especial presencia tendrán en los más de 30.000 km de carreteras convencionales que cruzan Castilla y León, donde el peligro es mayor puesto que registran 8 de cada 10 fallecidos en accidentes de tráfico en la comunidad.

Según el último informe "Velocidad y riesgo de accidente" de la OCD "La velocidad excesiva reduce el tiempo de reacción, dificulta el control del vehículo y la rectificación de la trayectoria, aumenta la agresividad y el estrés del conductor alterando su funcionamiento sensorial (disminuyendo el campo visual) y el fisiológico (aumento del nivel de fatiga)".

Además hay que resaltar que muchos de los sistemas de asistencia a la conducción ayudan a mantener la velocidad estipulada evitando los siniestros viales. La implantación generalizada de estos dispositivos según un estudio de la Dirección General de Tráfico reduce la severidad de los accidentes en un 57% y evita una cifra de 51.000 siniestros.