La función pública ha sido el refugio de los españoles mientras el país veía perder empleo autónomo o por cuenta ajena durante los años más duros de la crisis. Una tendencia generalizada que ha encontrado la excepción en la provincia de Zamora, donde en la última década se han destruido un millar de puestos de trabajo dependientes de las administraciones públicas. Un auténtico tijeretazo al empleo público que ha sido especialmente duro en las competencias de la Junta de Castilla y León, donde se ha reducido por encima de las 500 plazas. Profesores y maestros, sanitarios y laborales al servicio de las consejerías han visto cómo sus plazas se amortizaban y dejaban de existir, a menudo en relación con la problemática despoblación que acucia al territorio zamorano. Ni los funcionarios han aguantado el chaparrón económico en esta provincia.

El último Boletín estadístico del personal al servicio de las Administraciones Públicas elaborado por el Ministerio de Hacienda ha revelado un dato nefasto para los intereses de los zamoranos. Y es que si en el año 2009 había 11.836 ciudadanos dedicados a trabajar para las diferentes instituciones, el pasado año 2017 esa cifra había caído hasta situarse próxima a los 10.900: un recorte de prácticamente un millar de empleos. La estadística recoge el número de personas contratadas por cada administración, tales como el Estado, las comunidades autónomas, las entidades locales -ayuntamientos y diputaciones, principalmente- y las universidades. Y todas ellas han reducido plantilla en Zamora durante la última década.

El lugar donde más se ha notado el tijeretazo al empleo público ha sido en el seno de la Junta de Castilla y León, con más de medio millar de plazas desaparecidas a lo largo de los años anteriores. Y lo ha hecho, al margen de la tendencia generalizada, por la eliminación de servicios públicos en el medio rural tales como el cierre de colegios o la falta de cobertura de plazas de médicos en diferentes puntos de la provincia. Los docentes no universitarios han visto cómo se han dejado de ofertar 204 plazas en Zamora desde el año 2009, mientras que en el sector sanitario el número de empleos desaparecidos, a finales del año 2017, se aproximaba peligrosamente a los 150 profesionales. A ellos habría que sumar otros 177 empleos perdidos en las consejerías.

El trabajo dependiente directamente del Estado, por último, se ha reducido en 142 plazas a lo largo de todo este tiempo, mientras que las entidades locales han perdido en estos últimos años cerca de dos centenares de trabajadores.