Charo Pita es narradora de cuentos para adultos y niños. El pasado jueves, en el maravilloso entorno del Palacio de Doña Urraca, sorprendió a los zamoranos con una selección de sus relatos eróticos. Ella misma se define como "ni niña ni adulta, ni gorda ni flaca, ni rubia ni morena, ni india ni vaquera, ni de aquí ni de allí, una salvaje apacible, entre el polvo del viaje y la modorra de una butaca vieja, unas veces con la palabra en la boca, otra con la música".

-¿Qué le llevo a escribir literatura erótica?

-El erotismo le gusta a todo el mundo y forma parte de la vida. Para mí tiene un punto de sugerencia, una especie de alas en la imaginación, un elemento que tiene que ver con lo que se puede fabular.

-¿ Qué trata de transmitir con sus relatos, cuál es la finalidad?

-Depende de la temática porque trabajo todo tipo de relatos, con pequeños y adultos. Pero en todos hay una visión de la vida que tiene que ver con el crecimiento, el disfrute, con la suma. Una especie de imaginación para transformar un poco el mundo, para poder verlo desde otra perspectiva. También me interesa mucho e investigo sobre la perspectiva de lo erótico, de lo pornográfico, durante mucho tiempo estaba enfocado al sexo masculino, porque era quién se suponía que disfrutaba.

-¿Cómo se inspira? ¿Se basa en historias reales?

-La verdad es que no me baso en historias reales, es cierto que la realidad condiciona y de alguna manera influye. Pero la inspiración procede de cosas muy insólitas, por ejemplo, en una de las historias que narré el jueves la idea vino de una coplilla que habla de una fruta. Me interesa explorar la cultura cuentística del mundo porque encuentro elementos muy poéticos que me sirven para elaborar mis propias construcciones. También me inspiro en la mitología clásica, nórdica? Me parece que incluyen elementos que hablan de la realidad sin que sean palpables.

-¿En quién se centra en sus historias, en él o en ella?

-Un poco de todo. Hay relatos en los que hay una interacción entre los dos. Relatos donde aparecen cuentos eróticos femeninos y en otros masculinos. Mi perspectiva es la femenina, no lo puedo evitar pero no se centran solo en la mujer.

-¿Cómo reacciona la gente ante sus cuentos y recitales?

-Me gusta mucho contar para adultos porque tengo un "feedback". A la hora de contar cuentos eróticos es distinto porque el público viene preparado. Otra cosa es cuando en una sesión de cuentos para adultos surge un relato erótico. La recepción es distinta porque el que va escuchar erotismo esta abierto a lo que suceda. El público que se encuentra con ello en una sesión que no es temática se suele ruborizar. Supongo que es una cuestión de cómo viene el público preparado de casa, si vienes listo para escuchar cuentos eróticos o si es una sesión normal de cuentos para adultos y surgen reacciones muy diversas. Me parece muy divertido porque la erótica está dentro de la vida.

-¿Cuál es el límite del erotismo?

-No sé cuál es, a veces hablando con la gente que es también muy enriquecedor ahora en esta época esta mas clara, en la época de Internet ya que la pornografía tiene un carácter de satisfacción momentánea, de cierta perversión que va mas allá incluso a lo dañino y que lo aparece en la red carece de moralidad, no en cuanto al cuerpo, sino a los derechos humanos. En cierto modo el erotismo es picardía, imaginación, un disfrute del cuerpo sin perjuicio del otro, es sumar energías e imaginaciones y posibilidades.

-¿Se ha sentido juzgada alguna vez?

-No, no me he sentido juzgada, para nada. A lo mejor alguien me ha juzgado y yo no me he enterado, y no pasa nada, cada uno tiene derecho a expresar su perspectiva de la vida.

-Expresar libremente la sexualidad a través de la literatura, ¿cree que tiene un precio?

-Yo siempre me he sentido muy libre, es verdad que no soy una "superventas", pero desde luego una de las cosas que más me gustan de mi trabajo es que me permiten hacerlo desde la libertad. También es cierto que no lo puedes evitar porque hay sectores sociales que tienden a ver la sexualidad desde un punto de vista pecaminoso, dañino, muy privado, y ante las manifestaciones públicas de la sexualidad se sienten atacados o avergonzados. Hay cierto puritanismo pero solo un sector de la sociedad, no en la sociedad en general. También tiene derecho a eso aunque no creo que vengan nunca a una sesión de cuentos eróticos. Nosotros tenemos derecho a expresar libremente igual que respetamos a la gente que lo hace privadamente. Es todo una cuestión de respeto.