Su experiencia le ha enseñado a "vivir el momento y disfrutar de lo que tienes porque lo que tenías se fue y lo que tendrás no será lo mismo". La bailarina benaventana Mónica Peña, a sus 27 años, participa en un proyecto totalmente novedoso hasta ahora en España: el grupo Lola Índigo, que entremezcla música y danza para fusionarlas en un solo arte. Sin embargo, el camino recorrido por esta artista es largo pese a su juventud. Comenzó bailando flamenco y terminó haciendo lo que más le gusta en China, donde ha vivido durante muchos años en los que no ha dejado de formarse.

Lola Índigo llegó a Mónica Peña en Madrid, donde se encontraba tras haber salido del programa de televisión "Fama a bailar". En este contexto, otra exconcursante de este "talent show", Mimi Doblas, conocida también por su participación en Operación Triunfo 2017, contactó con ella en su búsqueda de una bailarina para su nuevo grupo, "hice el ensayo y funcionó", señala Peña. Sin embargo, las dos jóvenes ya habían confluido anteriormente, "nos conocimos en China, pero no personalmente, sino que solo coincidimos", comenta. Fue en España y después de la última edición de "Fama" cuando su relación empezó a estrecharse. Ambas, junto a Claudia Riera, Saydi Lubanzadio y Laura Ruiz conforman la agrupación. Todas ellas son antiguas participantes del mencionado programa de baile.

"Supone algo muy bonito, un reto nuevo, diferente porque no lo había hecho antes", indica la bailarina. "Es una apuesta porque se conozca otro tipo de trabajo musical, no solo los bailarines detrás del cantante", añade. Sus expectativas son muy claras. La benaventana espera "que salga muy bien y tenga buena aceptación", aunque para nadie es un secreto que "Yo ya no quiero ná", el primer single de las chicas, ya la está teniendo, puesto que ha recibido valoraciones muy positivas, no solo de los críticos, sino también del público. El objetivo es que la existencia de grupos de estas características se normalice, "que nadie tenga que preguntar qué es". Lola Índigo tiene la intención, de esta forma, de lograr que la danza esté cada vez más presente en la música y que deje de aparecer en un segundo plano. Un reflejo de ello es el videoclip de su canción, en el cual puede observarse la compenetración entre baile y voz. El vídeo musical ya ha logrado más de diez millones de visitas, en tan solo dos semanas.

El conjunto conforma un proyecto que hasta ahora no se había llevado a cabo en España, pero sí es más común en otras partes del mundo, "como bailarina, creo que hay más movimiento en otros lugares como Asia y países como Corea, donde en los grupos todos bailan y ambas cosas tienen el mismo peso", apunta la zamorana. De esta forma, musicalmente, el reto de las cinco jóvenes es mayor.

A nivel personal, Mónica Peña, que ha descubierto que sus seguidores disfrutan mucho de la danza, vive un momento muy especial, "es muy bonito y satisfactorio porque mucha gente ha visto mi trabajo y, gracias a cosas que he querido transmitir, he podido influenciar de manera positiva y ayudar a gente", expresa.

La benaventana comenzó su andadura en la danza desde muy pequeña, tras haber abandonado la gimnasia rítmica que practicaba a los seis años porque, como señala, "no me acabó de gustar, aunque tenía aptitudes, no me gustaba la disciplina que conllevaba para lo pequeña que era", relata. Fue a los once años cuando vio a su prima bailando sevillanas, lo que llamó tanto su atención que comenzó a estudiar flamenco, para más tarde aprender danza del vientre. También participó en el concurso "Veo, Veo", quedando en segunda posición, y posteriormente acudió a Salamanca para asistir a clases de hip-hop. Tras esta etapa, se marchó a Barcelona para continuar formándose. Pero pronto le surgió una oportunidad única: Shanghái la esperaba para demostrar allí sus dotes artísticas, así como para continuar aprendiendo en este lugar donde el protagonismo de la danza es mucho mayor que en su país natal. Su incorporación al programa de televisión "Fama" la trajo de vuelta a España, donde la artista se ha encontrado con un gran respaldo del público, e incluso ha conocido a otras personas interesadas en aprender a bailar tras haberla visto a ella y que le piden consejos, a lo que ella siempre responde: "Hagas lo que hagas, tienes que ser constante y tener ilusión".

El impacto del programa ha sido tal que la zamorana ha pasado del anonimato a la exposición pública en pocos meses. "Es muy bonito que me conozcan y me paren, no de forma abusiva, y que me pregunten cómo estoy y me den las gracias", menciona. Prueba del apoyo que recibe son sus redes sociales, en las que ha conseguido miles de seguidores en este tiempo.

En su entorno, sus familiares y amigos están viviendo esta etapa de una forma normal, sin dejar de mostrarse orgullosos de los logros de la joven tras mucho tiempo de esfuerzo, aunque "no ha cambiado nada porque todos siguen siendo los mismos, pero están contentos de que se haya visto mi trabajo después de muchos años fuera".

La bailarina de 27 años regresará a China para más adelante volver a España y actuar con Lola Índigo. Mónica Peña prefiere no dejar Shanghái por el momento. "El nivel de baile allí es muy alto y me ha dado muchas oportunidades, ahora quiero compaginar los dos trabajos, aunque en unos seis meses tendré que tomar una decisión", señala.