Tras las múltiples reclamaciones por parte de los habitantes de la calle Fray Toribio de Motolinía en la capital para solventar la situación de un local abandonado, el Ayuntamiento ha puesto en marcha el proceso de saneamiento del edificio, que presenta un considerable estado de deterioro y desprende malos olores. Esta situación no es un problema reciente, ya que según apuntan los ciudadanos, todos los veranos, sobre todo en los momentos de más altas temperaturas, el hedor se deja notar.

El local, situado en el portal número 3 de la vía y donde años atrás se localizaba Caja España, lleva mucho tiempo abandonado. Algunos vecinos afirman que tienen que "cambiarse de acera" cuando se acercan al lugar, a la vez que otros señalan que "está lleno de palomas que entran porque las ventanas están abiertas". De esta forma, durante estos meses se han sucedido las quejas al Consistorio para poner fin a la situación, "el Ayuntamiento tiene que hacer algo, huele mucho el portal y no quiero imaginar cómo estarán los pisos", apuntaba un ciudadano. Otros también han observado la presencia de gatos y personas que los alimentan, lo cual contribuye a aumentar la cantidad de desperdicios que generan olor. A esto hay que añadir que algunas habitantes han observado que "hay animales muertos". La demanda es la solución urgente de este problema, puesto que "puede ser un foco de enfermedades, sobre todo teniendo en cuenta que en la calle viven personas mayores y niños".

Así, la Concejalía de Salud Pública se ha hecho eco de los requerimientos vecinales y ha puesto en marcha un proceso de saneamiento desde hace unos días, para lo que "se ha procedido a la desinfección de cucarachas por fuera, aunque luego se constató que también salían de dentro, así que se contactó con el propietario", comenta el concejal José Carlos Calzada. El plan es subsanar toda la zona para que presente un estado más higiénico.

El edificio, con viviendas vacías desde hace años y situado en las cercanías del Cuartel de la Guardia Civil, presenta un buen número de cristales rotos, a pesar de que la puerta se encuentra cerrada. Ello y la falta de atención por parte del propietario han propiciado que aves y otros animales hayan ocupado el lugar desde hace tiempo.