"Es un personaje increíble. Era un hombre que tenía una gran oratoria, siempre quiso dedicarse a la poesía y supo renacer en las adversidades". Con estas palabras define el investigador zamorano Eduardo Fernández López a Juan Nicasio Gallego, clérigo que representó a Zamora en las Cortes de Cádiz y que ha protagonizado su tesis doctoral, "Juan Nicasio Gallego. Un político liberal en las Cortes de Cádiz", un estudio que le ha valido sobresaliente Cum laude en la Universidad de Cádiz.

Su interés por el personaje surgió al encarar el trabajo fin de master que realizó al concluir Historia del Arte. Para esa investigación sobre el constitucionalismo fijó su atención en el representante zamorano en las Cortes gaditanas. "Fue elegido Diego Nieto, quien no pudo salir de Zamora y luego localicé el nombre de Juan Nicasio Gallego del que casi no había información", testimonia. Este joven un día observando el monumento a la Constitución de Cádiz "de los 223 constituyentes solo aparecen diez nombres, entre ellos el de Juan Nicasio Gallego", relata el doctor en constitucionalismo e Historia Contemporánea en la Universidad de Cádiz que en este primer acercamiento profundizó en la defensa que efectuó el sacerdote de la libertad de prensa y de imprenta "leyendo todas las actas de las intervenciones".

En su tesis doctoral, en la que ha consultado más de 50 de archivos históricos, eclesiales y bibliotecas o publicaciones de la época durante más de cinco años, el experto ha buceado hasta en las notas que obtuvo Gallego en las dos carreras que cursó, Derecho Canónico y Penal. "Sacó buenas notas y hasta recibió una beca que se ofrecía a familias sin recursos", pese a proceder de un origen noble. "Su padre era el comendador del duque de Alba y Aliste, pero quizá la familia sufriera algún problema económico", aporta Fernández López quien alude a que tras regresar a Zamora "pidió ser ordenado sacerdote posiblemente para poder seguir estudiando y para acceder a puestos en la Corte".

El grueso de su estudio lo consagra al papel del zamorano en la nueva cámara. "El levantamiento del 2 de mayo le pilló en Madrid porque era director eclesiástico del Real Colegio de Caballeros Pajes de Carlos IV. Al estar en la Corte huyó a Sevilla y luego a Cádiz y al convocarse las Cortes y no poder llegar el representante de Zamora se llevó a cabo una elección entre las cinco personas que estaban en Cádiz que eran de Zamora o que tenían vinculación con la provincia y lo eligieron", detalla el estudioso que trabaja ahora para que su investigación pueda ser publicado a partir de otoño.

Juan Nicasio Gallego participó en más de 80 comisiones y en 120 temas que se abordaron, entre los que destacaron la ley de imprenta, la abolición de la Inquisición, la supresión de la esclavitud y el proyecto de Constitución donde "defendía, como liberal moderado, la figura del rey, pero como en el Antiguo Régimen; de hecho, quería que lo se escribiera careciera de censura previa salvo los temas religiosos. Era partidario de una España que evoluciona", asevera Eduardo Fernández quien subraya: "Era un líder en los temas que consideraba que eran importantes para el avance del país". Por su conocimiento estima, aunque no ha encontrado documento que refrende su tesis, que el sacerdote "es quien redactó la ley de imprenta".

Con el regreso de Fernando VII, Juan Nicasio Gallego cayó en desgracia. Fue perseguido y capturado y hasta entró en prisión de la que salió con el Trienio Libertad.

Posteriormente obtuvo el perdón real "a base constancia y de remitirle poemas al rey a través de amistades que conservaba en la Corte e incluso el propio monarca lo recibió en varias ocasiones, lo que hizo que sufriera la persecución de un ministro que le creó una identidad de masón que pretendía dar un golpe de Estado", enfatiza el investigador.

El clérigo zamorano, que vivió en diez lugares distintos, también fue traductor, oficio que desempeñó para poder comer. Trajo al español desde el francés "tanto poesía, obras de teatro como tratados o asuntos jurídicos".

Restituido en sus cargos eclesiales, entre los que figuró el de canónigo de la Catedral de Sevilla, aspiró a ser titular de número la Real Academia de la Lengua, cuyo nombramiento hizo que se trasladase a Madrid para "dedicarse a la poesía y a escribir", sus grandes pasiones.

Fue secretario y presidente en funciones de la RAE. Escribió mucha poesía y murió sin un libro publicado porque "estaba más centrado en la creación literaria y en la corrección de sus amigos" comparte el estudio que ahonda: "Sus coetáneos lo conocían como el protector nato porque apoyaba a los poetas que empezaban de cero les corregía los apoyaba, les daba consejo?". Como detalles curiosos Fernández López apunta que "su primer libro se publicó porque amigos que estaban en la Real Academia de la Lengua a su muerte llevan a una sesión la petición de que se publique un libro con las obras literarias". "Obras poéticas de Juan Nicasio Gallego" lo editó la RAE en 1854.

Desvinculado de la vida política, Gallego regresa a ella "casi obligado" por Isabel II que lo nombra senador vitalicio "se lo tomó como un honor a su carrera y aceptó el cargo, pero no hay documentación que acredite que acudió a las sesiones".

Juan Nicasio Gallego tuvo siempre presente a Zamora, ciudad que le rindió un homenaje en el centenario de su nacimiento "a los 102 años", lamenta el estudioso que reivindica la figura de este ilustrado del que solo se conserva una calle en la ciudad.