Aprender jugando, y con música. A esto se dedican profesores profesores de la escuela municipal de música que clausuró ayer,una actividad, dentro del programa "Verano joven", donde los niños más pequeños de la capital, desde cinco a doce años, han vivido una experiencia distinta donde la música, el baile, los instrumentos y la creatividad han sido los protagonistas, junto a los más pequeños que quieren pasar estas dos semanas de verano diferente, junto a la música.

Como fiesta de cierre del taller se celebró un concierto final, para que los familiares de los pequeños puedan ver lo que han aprendido estas dos semanas. "El concierto es una muestra para que los padres puedan ver que han aprendido a tocar", afirma Sauri, una de las profesoras encargadas. Además de tocar instrumentos, como el clarinete, la flauta, o la guitarra, los alumnos han aprendido a divertirse con la música, junto con otras más actividades. "En el taller los niños han podido conocer y vivir el folklore zamorano, y música típica de Hungría, África y Japón. También han podido conocer la ópera, con la flauta mágica, y a dos músicos, Juan Sebastián Bach y Mozart", subraya la profesora.

Todo lo que han hecho ha sido siempre con mucho movimiento. Cada canción tenía su propia coreografía, lo que ha gustado mucho a los niños. "Hemos hecho muchos bailes desde el rap hasta el folklore zamorano, como es el baile de la botella o El Mingacho", asegura Sauri. También, los participantes han podido conocer la música mediante juegos. Entre ellos destaca el juego del pentagrama, tiro con arco, o el uso de cuentos, pero siempre, con la música como actor principal. "También han trabajado minutos de silencio cada día por los niños que no pueden vivir esto", declara uno de los monitores.

Los niños han aprendido mucho. A todos ellos les ha gustado mucho saber más sobre la música, sus principales autores, sus bailes más importantes, y han podido recorrer ese mundo desde casa. Algunos estudios reflejan que la música favorece la capacidad de los niños para la concentración y la atención, ya que potencia su rendimiento y mejora su memoria y razonamiento. Todo lo que este taller ha querido promover entre los más pequeños de la localidad zamorana.

Junto con Sauri, Cecilia y Cristian también se han dedicado a impartir estas clases a los alumnos. Todo para que los niños puedan demostrar en el concierto final todo lo que han aprendido.

A la espera de que llegaran los padres, los niños estaban muy nerviosos, e incluso más revueltos de lo normal, por lo que los profesores les daban unas pautas de relajación para que se tranquilizaran y demostraran todo lo que verdaderamente habían aprendido. "Uno de los padres le dijo a una de las alumnas que lo que había en el fondo de la sala era una guitarra muy pequeña, y la niña le respondió que no, que eso era un ukelele porque tenía tres cuerdas", señala la profesora como anecdota para recalcar lo mucho que han aprendido los niños.

Los zamoranos sí que tienen pasión por la música, o eso es lo que han demostrado creando este curso de verano. "Es el primer año que nos dejan hacer un campamento de actividades musicales, todos los demás años se ha hecho otro tipo de campamentos", infiere Sauri. "El curso ha sido muy intenso y divertido. Nos ha encantado", declara, finalmente, la profesora, feliz por haber compartido su conocimiento sobre la música con los pequeños.