El español es una de las lenguas con más futuro en la actualidad, desbancando a idiomas como el alemán o el francés en el interés de la población por aprender. Desde la Fundación Rei Afonso Henriques, la Asociación Europea de Profesores de Español (AEPE) ha estado esta semana analizando su pasado, presente y futuro en el LIII Congreso Internacional, que ha reunido a un centenar de expertos. El presidente de AEPE, Rafael del Moral, apuesta por una lengua viva, que se nutra de los avances de la sociedad.

-¿Cuál ha sido el objetivo de este congreso?

-El lema era la lengua española a través de los tiempos, pero el objetivo es el mismo en todos nuestros congresos: recoger la investigación de cientos de profesores de español repartidos por todo el mundo, fundamentalmente profesores universitarios, aunque también de enseñanzas medias. Estos encuentros son anuales y cada año hacemos nuestra aportación en una revista donde aparecen los artículos más importantes que se han presentado para uso y disfrute de la investigación de otros compañeros

-¿Ha cumplido las expectativas Zamora como sede de este congreso?

-Simplemente ha sido genial. Los congresistas no dejan de alabar lo agradable que es la ciudad, el placer de pasear por sus calles, disfrutar de la piedra y de lo acogedora que ha sido la gente. Estamos muy agradecidos a la sede de la FRAH y sobre todo al Ayuntamiento, con el que hemos trabajado desde la junta directiva para traer este congreso a la ciudad.

-La distinta procedencia de los ponentes, ¿corrobora la importancia del español en el mundo?

-El español está en expansión. Ahora mismo hay 21 millones de personas que lo estudian, así que nos salen más de 500.000 personas que tienen la profesión de enseñar español, 400 de ellos somos parte de esta asociación. Este año ha sido particularmente rica la presencia de profesoras taiwanesas, que ya nos han ofrecido hacer un coloquio en su país, ya que necesitan investigar y publicar. Este congreso les ha servido para difunden sus trabajos.

-¿En qué países se demanda más una enseñanza del español?

-La novedad es la reciente presencia en países absolutamente inesperados, como Benín, en África, donde ha habido una demanda increíble. Pero mayoritariamente la presencia del español es sorprendente en países como Rusia o China. O que se haya convertido en la primera lengua de Inglaterra, donde siempre había estado el francés. De repente, hay una enorme demanda de estudiar español como segunda lengua, con una concentración mayor en Brasil y Estados Unidos. Esto contrasta con la disminución en la demanda de lenguas tradicionales como el alemán y el francés. El español gana terreno.

-¿Se sabe explotar las posibilidades del idioma?

-Personalmente, considero que una lengua se expande o empieza a desaparecer ajena a lo que podamos hacer los hablantes. Es la comunidad la que elige qué es lo mejor y en ese desarrollo comunitario es cuando empieza a avanzar. El fracaso llega cuando se hace un esfuerzo fuera de la naturalidad.

-¿Algún ejemplo?

-Yo tengo un gran aprecio por la lengua catalana, me gusta, la hablo y la leo, pero lo que resulta sorprendente es que en los cuarenta años de énfasis para hacer llegar el catalán a todos los catalanes, el porcentaje allí de bilingües prácticamente no haya cambiado. Quizá se conozca un poco más, porque se solicita para algunas gestiones, pero nada más. Y algo similar le pasa al vasco. Es decir, las lenguas se mueven ajenas a las decisiones de los políticos y cuando intervienen en ellas es cuando se pueden crear conflictos sociales.

-¿Es contraproducente imponer una lengua?

-Por supuesto, nunca se ha hecho. Incluso la idea de que el español se impuso en América, que está muy extendida, a mi parecer es falsa. El gran momento del español en América fue cuando todos estos países a principios del siglo XIX toman la independencia. Ahí necesitan una lengua para unificar el país y eligen el español. No fuimos nosotros desde España, sino que la consideraron la lengua más útil en ese momento.

-¿Cómo ha avanzado la AEPE en su medio siglo de andadura?

-Yo llevo dos años de presidente y ha habido diez antes, la mayoría españoles que han estado en el extranjero o directamente extranjeros, como suecos, franceses o ingleses. A diferencia de otras asociaciones de la enseñanza del español, la nuestra se especializa mucho más en las investigaciones universitarias, aunque sin menospreciar la enseñanza del español como segunda lengua, que es un tema muy recurrente en nuestros congresos.

-¿Es bueno enriquecer la lengua según avanza la sociedad o habría que ser más puristas?

-La cuestión de ser o no puristas es muy ajena a las lenguas, que hacen lo que quieren los hablantes. Si estos optan por decir "todos y todas", lo van a hacer. En cuanto a la influencia del inglés, es muy evidente en una lengua tan importante. Creo que no es alarmante, porque lo que hacen las lenguas al final es servirse de las mejores palabras que hay en el mundo. Si estas son en inglés, las procuramos adaptar, pero el léxico fundamental de nuestra lengua no cambia.

-¿La Real Academia de la Lengua se sabe adaptar o va con cierto retraso?

-Antes iba con gran retraso, le costaba mucho reaccionar. Ahora algunos se quejan de que lo que hace es exagerado, que se anticipa demasiado a las cosas y acepta palabras que consideran vulgarismos. La academia tiene un reconocimiento para todos los españoles que hablan español, lo más respetable de todo el mundo es la lengua de cada uno, sea el español de Cádiz o de Valladolid.