"No sabemos si los contratos que están sin licitar verán la luz algún día"

"Hay mucho trabajo por hacer y cada día que pasa el abandono es manifiesto"

Antes del parón veraniego, el Pleno vacío de contenido del Ayuntamiento de Zamora celebrado ayer escenificó la preocupación de los grupos de la oposición por el estado de la ciudad así como por la ajustada cuenta atrás para materializar los proyectos anunciados antes de que finalice el presente mandato.

Partido Popular, Ciudadanos y la concejala no adscrita Cruz Lucas coincidieron en apremiar al equipo de Gobierno ante la falta de tiempo para hacer realidad obras como el traslado de la Policía Municipal al antiguo edificio de Caja España o la conversión del matadero en un centro de adultos. Así, Francisco José Requejo les recriminó el incumplimiento del "grueso" de los acuerdos adoptados el pasado mes de enero con el bipartito y la edil no adscrita les sugirió "centrarse en el presente y en futuro a corto plazo", poniendo en duda que la licitación de los contratos pendientes "vea la luz algún día".

Unos reproches que tuvieron como telón de fondo el debate paralelo entre el popular José Luis González Prada y el concejal de Rentas José Carlos Calzada por el desfase en la contabilidad municipal, la ejecución de gasto en lo que va de año y la aprobación de las cuentas del pasado año, que arrojaron un superávit de 9,6 millones de euros. Asimismo, entre otros asuntos, se dio el visto bueno a una modificación de créditos por valor de casi 381.000 euros para el pago de la subida salarial a los funcionarios de acuerdo a la Ley de Presupuestos.

Al margen de los "áridos y difíciles" números -en palabras de Francisco Guarido- que centraron la primera parte del Pleno, Ciudadanos presentó la única moción de la sesión: la puesta en marcha como proyecto piloto del "reverse vending". Un sistema que premia con pequeños incentivos a los ciudadanos que reciclan latas, envases de plástico y otros residuos. La propuesta no alcanzó los apoyos suficientes, de ahí que desde la formación naranja calificaran la política medioambiental del Ayuntamiento de "puro marketing y fachada".

Ya en el turno de ruegos y preguntas, Requejo elevó una queja de los vecinos de la urbanización de Los Almendros ante los continuos reventones de viejas tuberías. Por su parte, ante la falta de celebración de la Comisión de Urbanismo, Medioambiente y Obras, Clara San Damián presentó una amplia batería de preguntas que serán respondidas en futuras reuniones con cuestiones relativas a los planes de asfaltado, el "estado de abandono" del bosque de Valorio o la limpieza de solares vacíos del casco antiguo.

La portavoz popular, quien también mostró su apoyo a las últimas reivindicaciones vecinales, se dirigió directamente al alcalde para confesarle "sin ningún tipo de acritud" que desde el Partido Popular le notan "muy cansado" de su labor al frente de la Casa de las Panaderas y advertirle de que su actitud no debe afectar a la gestión municipal: "Asuma la responsabilidad de los meses que le quedan de Gobierno, hay mucho trabajo por delante", le espetó.

Y cuando parecía que se había acabado el Pleno, Artemio Pérez pidió la palabra. El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Zamora no había registrado la petición por escrito como dicta el reglamento, pero Francisco Guarido le concedió el turno. Se levantó de la bancada, tomó prestado el micrófono de uno de los ediles y comenzó su discurso. Al hilo de las reivindicaciones vecinales de los últimos días, Artemio Pérez invitó en primer lugar a los representantes municipales a mirar más por los vecinos en lugar de por las siglas políticas a las que representan. A continuación, en nombre de Faveza, expresó la "disconformidad" de los barrios con la "desatención" que sufren los vecinos, a su juicio "ninguneados". "¿Qué papel tenemos las asociaciones en el Ayuntamiento?", se preguntaba. Entre otras quejas, Pérez reclamó mayor diálogo y consenso para la ejecución de obras, echó en falta la llegada de los nuevos contenedores ante los hedores de aquellos que carecen de tapa y lamentó el mantenimiento de las zonas verdes, a su parecer ahora transformadas en "zonas amarillas". Su intervención, aplaudida por parte de los asistentes, encontró respuesta en Laura Rivera. La concejala de Barrios admitió que siempre hay necesidades que cubrir pero negó la falta de comunicación, recordando que durante su ronda de visitas a los barrios facilitó su número de teléfono personal a los representantes vecinales y hasta la fecha no ha recibido ninguna petición de reunión, "ni por escrito ni verbalmente".