Fue un 28 de julio de 1998 cuando el Museo de Zamora abrió sus puertas en la plaza de Santa Lucía, con un Palacio del Cordón acondicionado por el diseño de los arquitectos Tuñón y Mansilla para albergar la ingente colección de piezas a través de las que, a lo largo de los siglos, se aprende de la historia de la provincia desde la antigüedad hasta prácticamente nuestros días.

Veinte años después, el objetivo de divulgación sigue presente en el cuaderno de bitácora del museo, dirigido por Rosario García Rozas, y la cifra alcanzada para mostrar alguna de sus enseñanzas asciende a más de 245.000 visitantes. Eso en la exposición permanente, puesto que en las muestras temporales la suma es de 105.000 personas. El buen momento que atraviesa el museo se comprueba con los datos más actuales: en lo que va de 2018 ya han disfrutado de sus salas más de seis mil visitantes, entre zamoranos y turistas, que hacen un alto en el camino del románico de la ciudad para comprobar que Zamora tiene mucha más historia que mostrar.

Precisamente la exposición que actualmente ocupa la sala de las colecciones eventuales fue ayer visitada -para celebrar este aniversario- por la directora general de Políticas Generales de la Junta de Castilla y León, Mar Sancho, quien repasó las piezas más representativas del museo y agradeció esta nueva colección que, con el título de "Bajo el suelo de Zamora" recoge gran parte de materiales hallados en las múltiples excavaciones de la ciudad. "La lectura del subsuelo no suele resultar sencilla", aseguró Sancho, quien destacó los diferentes paneles informativos, así como un gran plano de la ciudad donde se pueden comprobar las zonas donde más hallazgos se han registrado.

En total, una exposición con 335 piezas que permanecerá abierta al público hasta el próximo mes de octubre y podrá visitarse en horario de 19.00 a 21.00 horas, de martes a viernes. Así, el museo saca a la luz los materiales descubiertos en varias intervenciones especialmente significativas "para que puedan narrar ciertos capítulos del pasado histórico de la ciudad de Zamora". Olivares, los trabajos para la construcción del Consejo Consultivo o el Museo Etnográfico son algunas de las fuentes de las que "bebe" esta muestra.

En este acto también estuvo presente el delegado territorial de la Junta en Zamora, Alberto Castro, quien subrayó que este edificio "no es un recinto que encierra sus piezas, sino que se trabaja para darle vida", al tiempo que insistió en la ardua labor de este centro "con la clasificación, conservación y, lo más importante, muestra de todas las piezas de su colección".

La directora general de Políticas Generales quiso hacer una mención especial a las donaciones que ha recibido en todo este tiempo el museo en estos años. "Han sido una parte esencial para completar y enriquecer la colección", subrayó.

Precisamente, en este acto se encontraban tres importantes donantes, los artistas zamoranos José Luis Alonso Coomonte, Juan Manuel Báez Mezquita y Donelis Almeida Delgado, quienes recientemente han entregado alguna de sus obras. En el caso de Coomonte se trata de una pieza muy significativa de su trayectoria artística, "Minos", elaborada en hierro forjado y que data de 1979.

Por su parte, Báez Mezquita optó por seis dibujos que representan otros tantos escenarios de la ciudad. Así, los visitantes podrán a partir de ahora disfrutar de sus obras representando el propio museo -desde la cuesta de San Cipriano y la plaza de Santa Lucía desde el mirador-, la iglesia de San Juan, ambas de 1975, la calle de las Doncellas y la calle de Balborraz, la Puerta de doña Urraca (1994) y un último de los barrios bajos vistos desde Santa María de la Horta, elaborado en 1996.

Por último, Almeida Delgado tendrá su espacio en el Museo de Zamora con una acuarela de 2011 -la pieza más actual de todas las legadas- titulada "El Monruelo", que representa la sensibilidad del artista hacia el paisaje.