Tener un abuelo es un regalo. Un tesoro. Y los nietos de la capital lo saben bien. Hace un mes que fue el día dedicado a los ancianos, pero, aun así, todos los días hay que prestarles atención. Según una joven zamorana, que ha estado toda su vida con su abuela, todos los días hay que estar pendientes de ellos porque son importantes todos los días del año. "Siempre han estado cuidando de nosotros", afirma.

Los ancianos de la localidad zamorana se sienten, en general, bien, con muchas más ganas de vivir. "De momento nos sentimos muy bien en esta etapa", afirman unas señoras que no se consideran ancianas a pesar de la edad. "Vivimos la etapa con diversión. Viajamos mucho. Es un salir, y no parar en casa", continúan diciendo las señoras. Otras, sin embargo, sienten mucha más diferencia que en su etapa de vida anterior. "A veces estoy un poco aburrida. Antes tenía más actividad y estaba mejor", declara otra anciana, esta vez, más mayor que la anterior.

Los nietos son una de las causas de estas ganas de vivir y disfrutar de todo al máximo. Ellos, son los que les dan esa parte de diversión y de cuidado que necesitan. "Estamos con nuestros nietos siempre que nos necesitan", aseguran dos abuelas, orgullosas por sus nietos. "Estamos muy orgullosas", manifiestan. Los abuelos cumplen una función importante dentro de la familia, tanto para los niños, como para los padres. Pero, siempre, de una forma positiva. Esta etapa puede llegar a ser, incluso, de las mejores de la vida, porque alcanzas una gran experiencia, que viene dada de toda una vida.

Hoy en día, la vejez es un proceso mucho más distinto al que había antes. El proceso de envejecimiento depende de las condiciones de vida y de la salud, y no hay comparación entre las de ahora y las de antes. Actualmente en el mundo hay más de 600 millones de personas de más de 60 años, y para el 2050 se espera que dicha cantidad se triplique, sumando 2000 millones de seres humanos con esa edad. La razón de esto, es la evolución de la sociedad. Y en eso sí que coinciden los ancianos de la capital. "Vemos mucha diferencia entre nuestra etapa y la de nuestros abuelos. El ritmo de vida que tenemos es muy diferente a la que tenían en todos los aspectos: en la vivienda, en la comida, en la diversión, y en la forma de vestir. No hay comparación", reconocen dos abuelas.

Los zamoranos más jóvenes no se imaginan viviendo con la edad de sus abuelos, ya que es algo que les queda muy lejos. "Ahora somos jóvenes y queremos vivir muchos años más. No me imagino siendo anciana, aunque, cuando llegue quiero haber disfrutado de la vida al máximo", asegura una adolescente de la capital. Aunque, la joven está orgullosa por ellos, ya que, siempre, han permanecido a su lado. "Son como mis segundos padres. Nos cuidaban a mis primos y a mí de pequeños, y ahora, ya mayores, se siguen preocupando como antes", apunta la joven. "Cuando mis padres trabajaban, los que se quedaban con mi hermana y conmigo eran mis abuelos. Y ellos encantados. Nos daban todo lo que queríamos", continúa diciendo, orgullosa de haber compartido su vida con ellos.

Evangelina Valderrey, enfermera profesional y directora de Cuidados y Prevención Comunitaria del Municipio de Coronel Pringles, declara que es un trabajo de todos recordar el día dedicado a ellos. "Nuestros adultos mayores son los que marcan la experiencia de un camino recorrido. No tenemos que olvidarnos nunca de ellos", señala.

Y es verdad, los ancianos son el bastón que sujeta la sociedad. Son los que cuidan a los padres, y a los hijos de estos. Pueden que algunos se encuentren mejor que otros. Mientras que una parte de los zamoranos tienen ganas de viajar y divertirse, otros, sólo hacen lo imprescindible. "Ahora hago lo necesario, mi comida, mi casa y salir a pasear", afirma una mujer mayor de la capital.

Aun así, los octogenarios zamoranos tienen muchas ganas de seguir viviendo, disfrutando su vida, junto a las personas que más quieren. Estas personas, que sujetan la sociedad, ponen un punto de vista diferente a la vida, y son necesarios siempre.